Miami, Florida. – (Agencias) Trump se lleva Florida. Logró un avance notable con respecto a 2016 en el área de Miami, cortejando a los votantes conservadores cubano-estadounidenses y otros grupos latinos en números suficientes para superar los avances en los suburbios de Joseph R. Biden Jr. con los blancos de Florida.
Este es un gran triunfo, aunque no suficiente, para sus esperanzas de reelección, porque habría sido casi imposible para él recuperar la Casa Blanca sin volver a ganar los 29 votos del Colegio Electoral de este estado.
En 2016, Trump perdió el área de Miami-Dade por casi 30 puntos de diferencia ante Hillary Clinton. En la noche de este martes, el margen se había reducido a ocho puntos con Joe Biden encabezando la votación. Aumentando su votación en esa área de 334,000 en 2016 a poco más de 500,000 voto hoy.
Biden pasó más tiempo cortejando a los votantes afroamericanos y solo hacía el final invirtió fuertemente en una importante operación con la comunidad latina. Esperaba lograr los votos de Clinton, mientras lograba atraer los votos entre los bancos decepcionados de los suburbios y los votantes mayores.
Algo de consuelo le queda a Biden, el hecho de haber superado marginalmente la votación de Hillary Clinton en el condado que incluye a Jacksonville, derrotando a Trump allí, mientras sobrepasaba su desempeño en Tampa y sus suburbios, de nuevo por una pequeña cantidad.
Pero si bien es demasiado pronto para sacar conclusiones definitivas sobre otros estados, una cosa es clara: la estrategia de Biden de atraer los votantes blancos en el Medio Oeste, parecía que daba frutos en Ohio. pero le costó los latinos en Florida, que son una minoría étnica diferente a la del otro lado latino, los México-estadounidenses y otros grupos latinos del sureste.
Florida ha sido un estado desgastante para los demócratas desde que George W. Bush derrotó por poco a Al Gore allí en 2000, después de un recuento parcial y una intervención por parte de la Corte Suprema que efectivamente entregó la elección a Bush.
Las encuestas habían mostrado la competencia muy cerrada, con muchos señalando a Biden con una ventaja, pero los demócratas no estaban seguros al entrar en la noche, dada la cercanía de las encuestas.
