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Un mundo raro

Los cuentos de Tolstói tienen empatía con las personas que disfrutan de la lectura, Amo y criado (1895), es un cuento que describe la frialdad de los paisajes y el autor hace una narración sobre las ambiciones de un comerciante que añoraba hacerse rico.

La historia se centra en un personaje llamado Vassili Andreitch, comerciante ruso que viajaba constantemente para hacer negocios, hubo un día que salió para arreglar una negociación, hacía frío y caía nieve, pero eso no le importó, lo acompañaban su criado Nikita y su caballo.

El criado era un hombre agradable en la conversación, pero un poco dado a la borrachera, pero como le pagaba poco y no era latoso, al amo poco le importaban sus defectos. Ese día que salieron la nieve no dejaba distinguir los caminos, así que corrían el riesgo de perderse entre el bosque nevado, eso no les importó, era más la ambición de ganar dinero.

Viajaban en su trineo de caballo, no avanzaron mucho cuando ya estaban extraviados, caía nieve, empezaron a escuchar los ladridos de los perros y eso fue esencial para que se guiaran y pudieran dar con una casa, ahí vivía un señor llamado Issai, que tenía fama por robar caballos, ya estando ahí fueron recibidos de forma amable y el anfitrión les invito a hospedarse mientras pasaba la nevada, pero no aceptaron.

Estuvieron un momento, luego se despidieron y emprendieron un temerario viaje hacia el negocio que tenían que cerrar, no obstante, el clima en el bosque seguía siendo un peligro para el amo y su criado, pero también para el caballo que estaba cansadísimo ya que ni siquiera le inmutaban los latigazos que le daban.

Ya habían pasado bastantes horas y seguían perdidos, la nieve seguía cayendo en abundancia, era de noche y el frío estaba congelando sus cuerpos, para suerte de ellos fueron a dar sin querer otra vez a la casa de Issai, que nuevamente les insistió que pasaran la noche en su casa y hasta les ofreció aguardiente para calentarse.

Charlaron unos momentos, el anfitrión les hablaba de que disfrutaba de la compañía de sus animales, decía que sus perros le avisaban de los peligros, que su gallo lo despertaba al amanecer y que su gato le decía si llegaban invitados, sin embargo, Vassili parecía que no lo escuchaba, estaba más concentrado en irse y continuar con sus negocios.

Finalmente, Vassili decidió irse con su criado, buscaba llegar al pueblo donde tenía ese asunto pendiente, no le importó el frío, ni la excesiva nieve que no dejaba ver los caminos. No avanzaron tanto cuando nuevamente se volvieron a perder en el camino, había muchos remolinos de nieve y eran tan densos que no se veía nada.

Decidieron descansar un rato, quisieron encender unos cigarrillos y tranquilizarse, pero la nieve y el viento se lo impedían, era tanta la ambición de Vassili por hacerse rico, nada le costaba con haberse quedado en la casa del señor, sin embargo, entre tanta confusión y frío ya era la media noche.

Tolstói (1828-1910), nos dice que era una noche amarga en frío para los tres personajes, (el amo, su criado y el caballo), tenían tanto frío que empezaron a escuchar los aullidos de los lobos, sabían que tenían que hacer algo para no tener miedo y pasarán esos momentos de terror. Estaban también consientes que podían morir de frío, en sus pensamientos recordaban los pecados que habían cometido y se lamentaban, pasaron las horas y quedaron dormidos entre la nieve, empezaron a delirar visiones, Nikita estaba muriéndose de frío y la tempestad seguía igual.

Al siguiente día en la noche unos campesinos los encontraron enterrados entre la nieve, Nikita continuaba respirando, pero su amo estaba como una pieza de carne congelada, el criado fue el único sobreviviente, lo llevaron al hospital donde estuvo algunos meses, le cortaron 3 dedos y vivió 20 años más, murió de viejo como deseaba.

Tolstói es el príncipe de los cuentos, sabe tejer sus historias y busca crear una empatía con los lectores. Amo y criado, no es mi cuento favorito, pero es entretenido, en lo personal pienso que los cuentos dejan enseñanzas, ya que vivimos en un mundo belicoso e increíble, por esa razón es importante no perder el humanismo y seguir creyendo que existe un mejor mundo. “La razón no me ha enseñado nada. Todo lo que yo sé me ha sido dado por el corazón”. historiador82@yahoo.com