La educación es esperanza y futuro; el maestro es un guía, base de la cultura, forjador del temple del alumno, de cualidades rectas y congruentes.
La muerte de José Vasconcelos, uno de los grandes maestros de la historia mexicana, filósofo, enciclopédico, simpático y sincero, en un país de sordos y mudos es admirable encontrar un ser que supo oír la vida de su pueblo y juzgarla en voz alta. “…un hombre que desnuda sus pasiones e ideas, se humilla y enaltece”.[1]
Admirador de Pericles, gobernante decente de la humanidad; Se consideraba norteño, de Piedras Negras, Coahuila. Pero en temperamento oaxaqueño, por ello su proceder era dogmatico.
Su madre era una mujer fría en cuanto a caricias, su presencia fue de seguridad, le aconsejo leer de todo y conocer de todo, y le decía ya después crearás y forjaras tu destino.
Realizó sus estudios de infancia en Eagle Pass donde leyó a Shakespeare y Edgar A. Poe, en filosofía influyó Platón, Plotonio (filósofo griego) y Bergson (filósofo nobel de literatura en 1927).
Más tarde en sus años de mocedad leyó a William James (filósofo y maestro de psicología en Harvard), Boutroux (filósofo francés), Poincaré (filósofo y matemático francés).
[1] Carballo, Emmanuel. (1994). Protagonistas de la literatura mexicana. Editorial Porrúa. Cuarta edición. p.p. 22 México, D.F.