Tesalónica, Grecia. – (Agencias) Una auténtica manifestación de furia contra las fuerzas de seguridad, después de que un joven gitano de 16 años resultara gravemente herido por parte de un policía, se desató en la segunda ciudad más importante de Grecia. Se calcula que unas 1,500 personas participaron en las violentas manifestaciones del lunes que terminaron sin heridos, ni detenidos.
El joven Kostas Fragulis, de 16 años y perteneciente a la comunidad gitana, recibió el disparo en una persecución policial después de que supuestamente se marchara sin pagar de una gasolinera en las afueras de Tesalónica, la segunda mayor ciudad de Grecia, donde había cargado 20 euros para su furgoneta.
Según informan los medios locales, el imputado ha asegurado a través de su abogado que no actuó con intención homicida, sino que disparó «una vez al aire para intimidar» al chico y que la segunda vez lo hizo apuntando «instintivamente hacia abajo, a las llantas de la furgoneta», pero que la calzada era inestable y el arma se movía mucho cuando abrió fuego. El hospital en el que se encuentra ingresado señaló que el paciente se encuentra en estado crítico.
Tras manifestaciones violentas durante la noche en distintos puntos de la ciudad, hoy se produjeron altercados ante las puertas del juzgado, donde se habían congregado familiares, abogados y ciudadanos para pedir justicia.
En imágenes subidas a las redes sociales por algunos asistentes se puede ver como agentes de la policía tumban al padre de la víctima y lo golpean en el suelo mientras él grita: «Mi hijo está en peligro, ¿me vas a detener?
Durante la noche la ira ciudadana convirtió algunas partes de Tesalónica en un campo de batalla, con barricadas fabricadas con contenedores de basura en llamas y la policía respondiendo con gases lacrimógenos.
En las múltiples pancartas desplegadas se podían leer frases como «La vida de los gitanos también cuenta», «No hay paz sin justicia» o «¿Cuánto vale una vida?».
Este incidente de violencia policial se produce justamente en el 14 aniversario del asesinato de Aléxandros Grigorópulos, abatido a manos de un agente en el barrio ateniense de Exarjia a los 15 años.
Cada año el 6 de diciembre se convierte en día de conmemoración de este asesinato, que desencadenó una larga ola de protestas callejeras que la ciudadanía usó para expresar todo el descontento social ante la mala situación económica que vivía el país.
