Beijing, China. – (Agencias) Sin duda, los líderes occidentales están atentos a los acontecimientos en China, particularmente de su líder Xi Jinping, quien ha encumbrado al país al grado de ser la “otra” gran potencia.
El gran líder chino se comprometió el domingo, a llevar a China a ser “un gran país socialista moderno” que representa la “nueva opción para la humanidad”, al inaugurar la Asamblea del Partido Comunista de la República Popular China (PCCh), donde se espera sea reelegido para su tercer mandato.
Desde el atrio del Gran Salón del Pueblo en Pekín, donde se llevó a cabo la Asamblea del partido, la segunda en una década, Xi Jinping habló, ya sin cubrebocas, sobre la agenda nacional que se deberá establecer para los próximos cinco años, como lo establece los documentos básicos del PCCh.
El presidente dijo que “la nueva misión central” del partido era “liderar un país unido en la lucha” para ser una nación socialista poderosa y moderna hacia el 2049, cuando se cumplen 100 años de la fundación de la República Popular China. Xi Jinping, sin duda el líder chino más poderoso en décadas ha promovido una visión nacionalista de “un sueño chino” para reclamar el lugar que China merece en el entorno mundial.
Bajo grandes pancartas que decían: “¡Viva el Partido Comunista Chino!” y “Implementar plenamente el pensamiento de Xi Jinping”, se desarrolló la Asamblea con una sala abarrotada de los delegados, que ordenadamente siguieron el discurso con propias copias, haciendo anotaciones y aplaudiendo con entusiasmo, según el diario The Washington Post.
Xi Jinping dejó claro que “el gran rejuvenecimiento” de China es ahora un “proceso irreversible” y que el partido ya había creado “una nueva opción para la humanidad” con su camino único hacia la modernización, como una alternativa al sistema político occidental.
La realización de la Asamblea se produce en medio de presiones occidentales por su papel ante Taiwan y en el conflicto de Ucrania apoyando a Rusia, y una desaceleración de su economía.
El partido, dijo Xi Jinping, debe saber navegar por “cambios abruptos” en la situación mundial y estar listos para capear “fuertes vientos y tormentas peligrosas”, para que China se convierta en una potencia militar, económica y cultural.
De acuerdo con Dali Yang, profesor en política china de la Universidad de Chicago, «en los últimos años, Xi ha estado poniendo mucho énfasis en pedir a la dirección del partido que reviva un espíritu de lucha».
Sin tocar dos temas delicados, la guerra en Ucrania y la relación con Estados Unidos, que prohibió las exportaciones hacia China, se refirió a las críticas a la política de “cero covid” argumentando que es un ejemplo internacional. Bajo su gobierno, las críticas internacionales a China se han encontrado con un feroz rechazo de los diplomáticos «guerreros lobo», escribe The Washington Post.
