Washington, D.C. – (Agencias) La inflación en Estados Unidos sigue siendo alta, aunque la tasa mensual disminuyó su ritmo, lo que dio a los funcionaros de la administración Biden una pequeña esperanza de que haya signos de relajación. La inflación anualizada en abril llegó a 8.3%, manteniendo una tasa alta, y la tasa mensual tuvo un ligero aumento de 0.3% en comparación con el mes anterior, el aumento más lento desde el verano pasado.
Los datos comparativos con el mes de marzo, con una inflación anualizada de 8.5% y una tasa mensual de 1.2%, le dan, según The Washington Post, a los formuladores de política económica de la administración Biden una pequeña esperanza de que la inflación galopante empieza a ralentizarse.
Las cifras, publicadas por la Oficina de Estadísticas Laborales, muestran que la velocidad de crecimiento del índice de precios al consumidor comienza a desacelerarse, pero con una inflación que mantiene aún los máximos de 40 años. Aún le espera un largo camino que recorrer para que el ciudadano común empiece a sentir la disminución de los precios en su vida diaria. “Es importante, pero en un sentido más amplio, 8.5 a 8.3 no es mucho”, dijo Diane Swonk, economista jefe de Grant Thornton.
Los productos que impactaron
Los alimentos, la vivienda, los autos nuevos y los boletos de avión fueron los que más contribuyeron al aumento de la tasa inflacionaria. La tasa mensual de alimentos aumentó 0.9% en comparación con el mes de marzo, registrándose el decimosétimo mes consecutivo al alza. Para el caso de los lácteos, los precios registraron un aumento del 2.5%, su mayor aumento mensual desde junio de 2007.
Sin embargo, la inflación “básica”, que excluye a los energéticos y los alimentos que son más volátiles, aumentó más de lo esperado en abril, lo que es una señal preocupante. Eso señala a los funcionarios de la administración Biden que la inflación tiene toda vía un fuerte impacto en toda la economía de Estados Unidos y que será muy difícil volver a controlarla.
El caso del alquiler de vivienda es uno de ellos. Experimentó un acelerado aumento en el mes de abril, de 0.6%, en comparación con marzo. Los responsables de la política inflacionaria están preocupados especialmente porque el precio de la vivienda tiene el peligroso poder de impulsar la inflación en toda la economía estadounidense.
La vivienda representa un tercio de la canasta de bienes y servicios que se utiliza para medir los precios al consumidor. Si los costos de la vivienda no disminuyen pronto, más difícil será que la inflación en general se reduzca a niveles normales.
La guerra de Rusia y Ucrania produjo que se dispararan los precios de los energéticos. Los datos de abril mostraron un pequeño cambio alentador, según The Washington Post. El índice de energía llegó a 8.3% en abril, en comparación con el 11% de marzo, lo que significó una caída de 2.7%. El índice de la gasolina también bajó, de 18.3% en marzo a 12.2% en abril. Sin embargo, en comparación con el año pasado, el índice de energía aumentó un 30.3% y el índice de gasolina aumentó un 43.6%.
Hay un renglón que puede celebrarse. El índice de precios para autos y camiones usados tuvieron su tercera caída consecutiva al bajar 0.4% durante el mes de abril.
La alta inflación ha perjudicado a los índices de aprobación del presidente Joe Biden y ha intensificado la presión a la Reserva federal. Sin embargo, también ha puesto a prueba la capacidad de los estadounidenses para absorber los aumentos de los alquileres, comestibles y gasolinas, con poca idea de cuando desaparecerá la presión.
La forma en que respondan los funcionarios de políticas públicas de la administración Biden, tendrá implicaciones directas para las familias y las empresas en todo el país. La principal herramienta del gobierno para combatir la inflación recae en la Reserva Federal, que puede aumentar las tasas de interés para encarecer una variedad de préstamos.
Según Rachel Siegel, articulista de economía de The Washington Post, los costos de préstamos más altos tienden a enfriar la economía al afectar el gasto de los consumidores y las empresas y, finalmente, conducen a precios más bajos en general.
“Sé que las familias de todo Estados Unidos están sufriendo debido a la inflación”, dijo Biden el martes en un discurso en la Casa Blanca. “Quiero que todos los estadounidenses sepan que me estoy tomando la inflación muy en serio”.
