Washington, D.C. – (Agencias) Los trabajadores acaban de cercar todo el Capitolio Hill, no solo el complejo del Congreso, sino también el Capitolio de la alcaldesa Muriel E. Bowser.
El complejo de la alcaldía se encuentra en una amplia plaza que los lugareños, según The Washington Post, recorren en bicicleta en los días soleados y una suave colina donde llevan a los hijos a deslizarse en trineo cuando hay nieve.
De acuerdo con The Post, la alcaldesa visitó el Capitolio, el corazón y símbolo de la ciudad, transformado en zona de guerra. Se dirigió a un grupo de 50 elementos de la Guardia Nacional, y con un saludo les envió un mensaje promocionando su ciudad.
«Sé que probablemente no tendrá mucho tiempo para disfrutar de nuestra hermosa ciudad», dijo a los milicianos de Virginia que habían llegado para proteger la capital de la nación de los insurrectos, acostados en los fríos pisos de mármol del Capitolio.
«Cuando vuelvas, por favor asegúrate de hacer exactamente eso”, les dijo la alcaldesa.
Dese el ataque al Capitolio, el 6 de enero pasado, y a través del enorme ejercito presente, sin precedentes, para cuidar la ciudad durante la toma de posesión de Joseph R, Biden Jr., la alcaldesa Bowser ha aparecido en todos lados.
Mientras las autoridades federales guardaban silenció, Bowser respondía las preguntas que nadie se atrevía a contestar en dos conferencias, durante y después del ataque al Capitolio.
En los días siguientes, con Trump y la administración en silencio, Bowser habló con autoridad a una nación hambrienta de información y tranquilidad, detalló el Washington Post.
En cada momento, la alcaldesa, una demócrata de 48 años, ha mantenido el mismo mensaje, tal y como cuando habló con los miembros de la Guardia Nacional, defendiendo su ciudad natal en el desarrollo de la crisis nacional.
Abandonó su posición de no enfrentamientos con Trump, pues creía que era necesario, cuando las fuerzas federales reprimieron violentamente las manifestaciones pacíficas por la muerte George Floyd, un afroamericano en manos de un policía blanco.
Cuatro día después de que las tropas federales desalojaran violentamente a los manifestantes en Plaza Lafayette para que Trump posara para unas fotografías, la alcaldesa pintó en la avenida donde había estado Trump, a un lado de la Casa Blanca, con enormes letras amarillas, “Black Live Matter”.
El papel tradicional que juagaba el alcalde de la capital, según The Post, era extender la alfombra roja para dar la bienvenida a cientos de turistas, y luego ver el desfile desde el Edificio Wilson, el lugar oficial del ayuntamiento de la ciudad de Washington D.C.
Este año no fue así. Cuando quedó claro que el servicio secreto de los Estados Unidos cerraría una gran franja de la ciudad, para evitar la violencia, fue Bowser, no Trump o Biden, quien hizo el anuncio.
Bowser dijo tajante a los estadounidenses que no fueran a Washington el Día de la Inauguración. La gente de los 50 estados escuchó y cancelaron sus boletos.
