Barcelona, Cataluña. – (Agencias) Barcelona se encuentra en alerta máxima ante la seria amenaza de incendios de grandes proporciones en Collserola, a las laderas de esta ciudad.
Esta situación, hace recordar amargamente al guardabosque Jordi Piera los nefastos incendios de agosto de 1994 en Cataluña. Recuerda su impotencia ante el avance de las llamas por la ladera norte de Collserola, el 11 de agosto de ese año.
Semanas antes, más de 50,000 hectáreas en Bages y en el Berguedá ardieron en un verano donde se registraron 60 incendios, 12 de ellos de grandes dimensiones.
Entre aquellos de menor volumen, se encontraba el que afectó el pulmón metropolitano del principado, que ese año perdió un total de 254 hectáreas.
Imágenes que vuelven a la mente de este guardabosque, el más veterano del parque natural barcelonés, al percibir el precario estado de los pinos, secos por debajo de las copas, verdes en las alturas. Señal inequívoca de sequía. “Estamos en alerta máxima”, recalcó.
Jordi diariamente revisa el estado de la montaña. Desde el collado de la Vinyaasa junto a Vallvidrera, hasta el Turó d´en Cors, a medio camino entre la torre de Collserola y Sant Pere Mártir, donde se encuentra otra torre de comunicaciones.
«Estamos en uno de los años más secos de las últimas décadas, sin duda. Desde enero se han quemado 16 hectáreas, más que la suma de los últimos 10 años. Fíjate en la vegetación, apenas ha podido crecer, y eso crea un manto muy peligroso y combustible».
La lluvia recogida tanto en el observatorio Fabra como en el centro de información del parque natural de Collserola demuestra el alcance de la tragedia.
Entre el 1 de enero y el 30 de junio, en la segunda estación, se recogieron 131.8 litros por m², cuando la media desde 1997 era de 261.1. La segunda cifra más baja de los últimos 25 años, solo superada ir la del año 2005.
Si se compara con el 2020, año en el que pasó la tormenta Gloria la cosa es mucho más drástica: fueron 529 litros por metro cuadrados, 3.5 veces más que en estos seis primeros meses de 2021.
A pesar de que la situación en Collserola es alarmante, la cercanía de los equipos contra incendios permite descartar que pueda producirse una gran conflagración en las más de 8,000 hectáreas del parque natural. “Aunque nunca se sabe”, comentó Jordi.
