Bonn, Alemania. – (Agencias) Angela Merkel se retira. La era de la canciller alemana llega a su fin. Merkel se convirtió en la primer canciller en dejar el poder por su propia voluntad. Después de una década y media, decidió no presentarse en las próximas elecciones.
Aunque si las negociaciones para formar un gobierno se extienden más allá de la votación del 26 de septiembre, superará al también canciller Helmut Kohl, como el líder con más años en el gobierno de la Alemania moderna.
Una generación de jóvenes alemanes no conoce a otro. Ella es la decana de la política europea. Nombrada varias veces entre las mujeres más poderosas del mundo, ha sido calificada como la Juana de Arco moderna o la líder del mundo libre, calificativos que nunca ha pretendido asumir.
Sin embargo, su herencia que deja es un tanto complicada. Muchos aplauden su estilo humilde e impulsado por el consenso. Sus depredadores, la ven más como falta de un liderazgo más audaz, frente a una Rusia más agresiva y un poder chino en ascenso.
En 2015, dejó entrar a más de un millón de refugiados especialmente de Siria, lo que creo una reacción de nacionalismo impulsado por la extrema derecha del parlamento, según The Washington Post.
Fue una defensora del la lucha contra el cambio climático. Se le apodó la “canciller del clima”. Hizo grandes cambios ambientalistas que aún no se cumplen. Alemania sigue siendo el primer productor de carbón en el mundo,
Lo que sí es una realidad, es que dejará un vacío en la política de Alemania, cuya presencia ha durado más de tres décadas, comenzando en los últimos momentos de la Guerra Fría.
La caída del Muro de Berlín
Fue la caída del Muro de Berlín en 1989 lo que abrió el camino en la política a la hija de un ministro de culto en la Alemania Oriental comunista.
El Muro de Berlín fue para ella el centro desde donde se impulsó hacía un nuevo horizonte en su quehacer profesional.
Según The Washington Post, en un discurso en la Universidad de Harvard en 2019, Merkel recordó que todos los días pasaba por el Muro camino a su casa desde el instituto de ciencias donde trabajaba.
“El Muro de Berlín limitó mis oportunidades”, dijo. «Literalmente se interpuso en mi camino». Tenía 35 años cuando el símbolo más perdurable de la guerra fría se derrumbó.
“Donde una vez solo había una pared oscura, una puerta se abrió de repente”, dijo en el discurso. “Para mí, también, había llegado el momento de cruzar esa puerta. En ese momento, dejé atrás mi trabajo como científico y entré en la política. Fue un momento emocionante y mágico «.
Esa fue la marca de Merkel en el liderazgo europeo, ser un puente entre occidente y oriente. Fortalecer a la Unión Europea en el concierto mundial y tratar de hacerla incidir más en el contexto de los conflictos mundiales.
Su carrera política
Su ascenso fue rápido una vez entrado a la política. Su carrera política la lleva a unirse al Partido Democristiano (CDU), tradicionalista y conservador, dominado por hombres, quien la postula para el Parlamento, el Bundestag , en 1990.
Fue nombrada ministra de la Mujer y la Juventud al año siguiente, por el entonces canciller Helmut Kohl. Protegida por el canciller, también se convirtió el vicepresidenta del partido. Fue apodada “la niña de Kohl” en los primeros días de su incipiente carrera política.
Sin embargo, en un cambio radical que asombró a todos los que estaban en la política alemana, en diciembre de 1999, Merkel criticó duramente a Kohl en un artículo de opinión de un periódico. Merkel le pidió a su mentor que renunciara.
Como líder del partido, Merkel aprovecho un escándalo sobre unas donaciones que involucraban a Kohl, para argumentar es su contra, diciendo que su credibilidad y la del partido se había visto dañada por eso.
«El partido, por tanto, tiene que aprender a caminar», escribió. “[Tiene] que confiar en sí mismo para enfrentarse al oponente político en el futuro, incluso sin su viejo caballo de guerra, como a Helmut Kohl le gustaba llamarse a sí mismo”.
«Traje a mi asesino», dijo Kohl más tarde, refiriéndose sobre la decisión de Merkel de volverse contra él. «Puse la serpiente en mi brazo».
Más tarde, en 2005, Merkel ya adueñada del CDU, es postulada para canciller. La victoria es apretada. Pocos creen que habrá cambios radicales y, otros, le dan poco tiempo.
En su primer discurso como canciller, dijo: “Muchos dirán: ‘Esta coalición está dando muchos pequeños pasos y no solo uno grande’. Les responderé: ‘Sí, así es exactamente como lo hacemos’”.
Su llegada al cargo coincide con una etapa de cierta estabilidad, aunque pronto Europa enfrentaría una crisis.
