Londres, Inglaterra. – (Agencias) El primer ministro de Gran Bretaña, Boris Johnson, logró pasar la rebelión de 148 legisladores conservadores de su bancada que pedían su cabeza después del rechazó general a la actitud de Johnson con respecto al “Partygate”, una rebelión inesperadamente grande que expuso divisiones potencialmente graves en su partido.
En contraparte, el primer ministro recibió el apoyo de 211 parlamentarios después de su discurso antes de la votación, sin embargo, el 41% de su partido votó por deshacerse de él, citando su falta de arrepentimiento del “Partygate” y la pérdida de confianza en el electorado británico. Fue el peor veredicto sobre un primer ministro en funciones por parte de su propio partido en los últimos tiempos.
Aunque Johnson y sus aliados afirmaron que la votación fue una victoria, muchos parlamentarios conservadores, incluidos algunos de sus seguidores, creen que este intento de golpe es el principio del fin de su mandato de tres años. Con un numero grande de los miembros de su partido en contra, Johnson ha perdido el apoyo de la mayoría en el parlamento, con el riesgo de que su administración quede paralizada.
Teóricamente, el primer ministro está a salvo de otra moción durante un año, de acuerdo con las reglas del Comité de 1922 , órgano interno de coordinación del Partido Conservador, sin embargo, Theresa May tuvo que dejar el cargo solo seis meses después de ganar una votación de confianza, debido a los daños terminales sufridos en el desafío a pesar de ganar por 200 votos contra 117. La proporción de parlamentarios que votaron en contra de Johnson es incluso mayor que los votos en contra de May en 2018 y Margaret Thatcher en 1990. Thatcher renunció una semana después.
Hablando después de la votación, Johnson insistió en que era un «resultado extremadamente bueno, positivo, concluyente y decisivo» que le permitiría «avanzar para unirse y concentrarse en la entrega». También afirmó que había “ganado un mandato mucho mayor” de sus colegas que en su elección del cargo de primer ministro en 2019, aunque sus críticos ponen en duda esa afirmación. Johnson también se negó a descartar convocar elecciones anticipadas, aunque dijo que «no estaba interesado» en esa idea.
Nadhim Zahawi, un tory que es ministro de Educación, afirmó que Johnson había «ganado con creces» y esperaba que el resultado «trazara una línea bajo todas las especulaciones de los medios y Twitter», lo que llevaría a un «partido unido». También afirmó que Volodímir Zelenski, el presidente ucraniano, estaría “aplaudiendo” el resultado.
James Cleverly, el ministro del Ministerio de Relaciones Exteriores, lo calificó como una victoria «cómoda» y «clara» para Johnson, mientras que el parlamentario de Lichfield, Michael Fabricant, dijo que el resultado fue «mucho mejor» de lo que temía.
Sin embargo, los parlamentarios rebeldes dijeron que Johnson debería renunciar por el bien del partido y del país. Sir Roger Gale, uno de los principales críticos de Johnson, dijo que un «primer ministro honorable debería darse cuenta de que había perdido el apoyo de un número considerable de sus parlamentarios. Sugirió que los rebeldes continuarían oponiéndose a que Johnson permanezca como primer ministro.
La escala de la rebelión significa que algunos ministros y asistentes del gobierno deben haber votado en contra de Johnson en la votación secreta, mientras permanecían públicamente apoyándolos.
