Lado B

Cómo hablar con los niños sobre la guerra

La invasión de Rusia a Ucrania y la escalada que fue tomando el conflicto entre esos dos países sin duda acaparó la atención del mundo entero, al punto que por momentos pareciera que ya no hay pandemia ni otro tema de relevancia que abordar.

Y los niños, ni lerdos ni perezosos, perceptivos y atentos a todo como suelen estar, comenzaron a escuchar que se hablaba de algo que -por suerte- hasta ahora no sabían que existía: la guerra.

“La pregunta principal que traen es si la guerra va a llegar a nuestro país, por qué se tiene que morir gente y cómo se hace para que dejen de morirse. Si se mueren niños. Y se van complejizando según las edades”.

Y tras resaltar que “depende la edad del niño se podrá dar más o menos información”, la especialista en maternidad y crianza señaló que “también dependerá de su capacidad de comprender y entrar en pánico”.

El pediatra y psiquiatra infanto juvenil Juan Pablo Mouesca (MN 88694) aportó que, a grandes rasgos, hay tres tipos de estrés.

Uno leve, que es una situación que todo niño puede tolerar, como puede ser esperar el postre después de la comida, que es un estrés bueno y necesario para madurar”, comenzó a explicar el especialista de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), quien agregó: “Después hay un nivel moderado de estrés, como puede ser un examen en un chico de secundaria que se está jugando pasar o no de año, que con el apoyo de sus padres o del ambiente sumado a sus propias capacidades será una situación que, si la supera, será positiva y si no, en algún punto resultará dificultosa. Y finalmente, hay niveles de estrés tóxico o grave, que podría ser una situación de abuso sexual o maltrato físico intrafamiliar, violencia de género entre los padres de la cual el niño es testigo; son situaciones crónicas en las que el ambiente que debería sostener y dar contención al menor, aumentan el estrés”.Amburgo: "Si se los nota ansiosos o insistentes con el tema sería recomendable ahondar en qué les genera eso, ya que seguramente no les completó la explicación y se quedaron dudas" (Getty)Amburgo: «Si se los nota ansiosos o insistentes con el tema sería recomendable ahondar en qué les genera eso, ya que seguramente no les completó la explicación y se quedaron dudas» (Getty)

Para el especialista, “la guerra, como todos los temas difíciles de abordar con los niños, como puede ocurrir con el sexo, lo ideal es esperar a que el chico traiga la demanda y sea a partir de su pregunta que uno oriente la respuesta, y no informar de manera preventiva”. “Creo que hay que poder esperar la demanda de los chicos, y si traen el comentario de que alguien les dijo tal o cual cosa en el colegio, ahí se aborda el tema, primero siempre preguntando qué le contaron, después preguntándoles qué piensan ellos y luego haciéndoles saber lo que el adulto piensa sobre lo que está pasando”, sostuvo el experto, quien enfatizó: “A diferencia de lo que ocurre con el sexo, que todo niño sí o sí en algún momento va a tener que enfrentarse con su propia sexualidad, su desarrollo madurativo y demás, lo que hace que si es un tema que no lo toma igual va a haber que tocarlo, en el caso de la guerra no es un tema que necesariamente haya que abordar porque (ojalá que así sea) no es un tema que lo va a afectar directamente al niño”.

En opinión de la médica psicoanalista de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) Claudia Amburgo (MN 51787), “lo que hay que evitar son las generalizaciones, ya que cada escuela, cada familia es diferente; hay escuelas en las que se hablan temas de actualidad y otras en las que no”.

“Como decía Freud, los niños oyen y ven más de lo que los padres creen -amplió la experta-. Están insertos en una familia, y a través de los diálogos y situaciones que ocurren en la casa están atentos a todo”.