Dos sacerdotes jesuitas fueron asesinados la noche del lunes 20 de junio en una iglesia de la comunidad de Cerocahui, Chihuahua, junto a un guía turístico que buscaba refugio en el templo, pues era perseguido por una persona armada.
Respecto a esto, el papa Francisco lamentó la violencia que azota México y los asesinatos registrados.
El sumo pontífice fue enfático en señalar que la violencia no resuelve los problemas, sino que aumenta el sufrimiento innecesario, por lo que manifestó sus condolencias a la población católica mexicana.