Jerusalén, Israel. – (Agencias) Jerusalén continúa encendida, la sociedad palestina de la Medialuna Roja reportó más de 305 víctimas palestinas, 200 de las cuales tuvieron que ser hospitalizadas, siete de ellas en estado crítico, como resultado de la fuerza excesiva de la policía israelí.
Los heridos fueron evacuados en ambulancias estacionadas fuera de la explanada, el tercer lugar más sagrado del Islam.
De acuerdo con Le Monde, el Dr. Adnane Farhoud, Director General del Hospital Maqassed, reportó numerosas lesiones en su rostro y ojos causadas por balas de goma.
No muy lejos de la explanada, y debido a la represión oficial, un coche que transportaba israelíes fue apedreado y perdió el control antes de lanzarse contra los palestinos, según la policía y las imágenes de un periodista en el lugar de los hechos.
Una vez detenido, el vehículo fue atacado por varias personas que lanzaron proyectiles contra los pasajeros antes de que un oficial de policía israelí los dispersara disparando al aire.
En respuesta a esta escalada, el lunes se celebró una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU (ONU) a petición de Túnez, pero los países miembros no llegaron a un acuerdo sobre una declaración conjunta. En particular, los Estados Unidos consideraron que un «mensaje público no era apropiado en esta etapa».
La reanudación de la violencia coincide con la celebración del Día de Jerusalén, que marca la conquista israelí de la parte oriental de la ciudad en 1967.
La marcha de miles de jóvenes israelíes, prevista para el lunes por la noche en la Ciudad Vieja para celebrar el día, ha sido cancelada debido a la última violencia, dijeron sus organizadores.
«La marcha del «baile de la bandera»ha sido cancelada. No bailaremos en una Jerusalén dividida», dijo Am Kalavi, la organización que celebra cada año esta gran marcha en la Ciudad Vieja.
El viernes por la noche, más de 200 personas resultaron heridas en la Explanada de las Mezquitas, donde decenas de miles de fieles palestinos se reunieron para la oración del viernes pasado antes del final del mes de ayuno del Ramadán.
El sábado y el domingo, la calma había vuelto a la explanada, pero continuaron los violentos intercambios entre palestinos y policías israelíes en otras zonas de Jerusalén Este. Unas 100 personas resultaron heridas en los enfrentamientos del sábado, según la Medialuna Roja Palestina.
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En este contexto, el Cuarteto para el Cercano Oriente (Naciones Unidas, Unión Europea, Rusia, Estados Unidos) pidió a las fuerzas del orden israelíes que ejerciera moderación.
El domingo, el poder judicial israelí también anunció el aplazamiento de una esperada audiencia en el Tribunal Supremo, prevista para el lunes.
Está previsto que se pronuncie sobre la suerte de las familias palestinas amenazadas con el desalojo de Jerusalén Este por parte de colonos israelíes, un asunto en el centro de las protestas de los últimos días. Desde 2008, diez familias ya han tenido que irse.
Otras tres personas están esperando a que se les anote una fecha de deportación en agosto. Un total de 70 familias están en riesgo.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió el domingo que Israel «continuará garantizando la libertad de culto, pero no permitirá disturbios violentos». «Haremos cumplir la ley y el orden con firmeza y responsabilidad»,dijo, defendiendo el desarrollo de asentamientos judíos en Jerusalén Este:
«Jerusalén es la capital de Israel. A medida que cada nación construye su capital, también tenemos derecho a construir en Jerusalén. Eso es lo que hemos hecho y eso es lo que seguiremos haciendo”.
Desde luego, para él los palestinos no tiene ese derecho.
