El 16 de abril se llevó a cabo un debate que protagonizaron las candidatas Alessandra Rojo de la Vega y Catalina Monreal.
Durante la disputa por el nuevo cargo en la alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México, salieron a relucir temas que dominaron más como un concurso de críticas entre las participantes, que por cualquier otro compromiso con el cargo de elección popular.
Rojo de la Vega cuestionó a Monreal de ser empresaria desde los 16 años, con siete gasolineras, además de atribuirle las 48 propiedades que su padre, el también político Ricardo Monreal Ávila, ha sido señalado de adquirir con relación a la trata de mujeres bajo apoyo político de priístas.
También la señaló de trabajar en el gobierno del expresidente de México, Enrique Peña Nieto, en un puesto del que tuvo que renunciar por movimientos irregulares a pesar de contar con un goce de sueldo de 160 mil pesos mensuales.
Alessandra Rojo mencionó que llegó la hora de derrotarlos, refiriéndose al «Monrealato», término que utilizó para describir los presuntos negocios delictivos que relacionan a Monreal Ávila con la alcaldía Cuauhtémoc.
Sin embargo, Catalina Monreal, hija del senador, en su defensa mostró fotos donde Alessandra Rojo se encuentra en la compañía de Enrique Peña Nieto, refiriéndose a la aspirante como mentirosa e hipócrita.
La acusó de ser una feminista de redes sociales, mientras que en su candidatura trabaja en conjunto con políticos como Sandra Vaca, o Tonatiuh González y Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, envueltos en acusaciones de trata de blancas, por lo que se encuentran bajo investigación, llamado entonces a Rojo Vega como “Alefarsa Rojo”.
A raíz del debate llevado a cabo se ha generado mucha polémica, pues las aspirantes protagonizaron escenas de acusaciones y críticas más que compromisos políticos en la alcaldía de Cuauhtémoc.
Entre la controversia circula en redes sociales un extracto donde, al abordar el tema de la integridad de las infancias del país, Rojo de la Vega cuestiona a Monreal respecto a cómo es empresaria desde sus 16 años, a lo que les cuestionan si quiere responder, y Catalina Monreal contestó sarcásticamente que «no”, regresando al punto de los dimes y diretes.
