Madison, Wisconsin. – (Agencias) En una homilía el pasado diciembre, el cardenal católico Raymond L. Burke criticó duramente a sus correligionarios que se vacunaron por dudar que Jesucristo los cuidaría ante el coronavirus.
El cardenal conservador de 73 años fue uno de los primeros críticos del distanciamiento y, más tarde, un declarado escéptico de las vacunas contra el Covid.
Según The Washington Post, el martes pasado, el cardenal anunció que tenía Covid-19. Ahora, se encuentra en una cama del hospital de su natal Wisconsin, respirando con la ayuda de un ventilador.
«Los médicos se alientan por su progreso», publicó en un tuit el equipo de prensa de Burke el sábado por la noche. «[Su Eminencia] rezó fielmente el Rosario por los que sufren el virus. … Oremos ahora el Rosario por él».
Arzobispo retirado de San Luis, Burke ganó su fama de ser una figura abiertamente conservadora a mediados de la década del 2000.
En 2004, se negó a darle la comunión al senador por Massachussets, John F. Kerry, por apoyar la legalización del aborto,
En 2007, renunció a la junta directiva de un hospital católico en protesta por haber invitado a la cantante Sheryl Crow, porque también era una defensora del aborto.
Reclamó a la Universidad católica de Notre Dame por otorgar un Honoris Causa a Barack Obama en 2009. Burke declaró en una entrevista que los católicos que votaron por Obama “colaboraron con el mal”.
A las ordenes de vacunarse durante la pandemia, Burke dijo que “violaban la integridad de los ciudadanos”.
«Si bien el Estado puede proporcionar regulaciones razonables para la protección de la salud, no es el proveedor final de salud. Dios lo es», dijo durante un discurso de mayo de 2020.
El cardenal promovió las teorías conspirativas. Dijo que las vacunas ponían un chip debajo de la piel para que “en cualquier momento [la persona] pueda ser controlada por el Estado en materia de salud y sobre otros asuntos que solo podemos imaginar».
Burke dijo que el uso de células provenientes de abortos para el desarrollo de las vacunas era “justamente aborrecible”, asegurando que «nunca está moralmente justificado desarrollar una vacuna a través del uso de las líneas celulares de fetos abortados».
Tanto Pfizer como Morena, productores de vacunas anticovid aprobadas por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA), desmintieron al cardenal.
Sus vacunas usaron líneas celulares derivadas de tejido fetal tomado de abortos electivos en las décadas de 1970 y 1980 para probar si las vacunas funcionaban.
El Vaticano calificó las vacunas como “moralmente aceptables” en diciembre pasado. El Papa fue vacunado con una dosis de Pfizer, y en febrero, el gobernador del Vaticano dijo que los empleados deberán estar vacunados o serán despedidos.
Burke no ha revelado si ha recibido la vacuna.
Su posición conservadora llamó la atención del Papa Benedicto XVI, quien impulsó su vertiginosa carrera. Benedicto XVI lo nombró para dirigir el tribunal más alto en la cúpula religiosa en 2008, convirtiéndolo en el estadounidense de mayor rango en ese momento.
Sin embargo, pronto se enfrentó al Papa Francisco quien es conocido por tener posiciones más liberales que su antecesor. En una entrevista con BuzzFeed News en octubre de 2014, Burke criticó a Francisco, afirmando que había «hecho mucho daño» a la iglesia.
Sobre la posición del actual Papa sobre la homosexualidad, dijo; “El Papa no es libre de cambiar las enseñanzas de la iglesia con respecto a la inmoralidad de los actos homosexuales».
