Comienzan las compras navideñas de última hora, y muchas personas podrán estar apuradas por estrenar ropa y zapatos, además de procurar regalos para chicos y grandes.
Sin embargo, es momento de reflexionar que para otras el simple hecho de tener “chamba” es ya un verdadero regalo, porque de ahí sale dinero para el sustento del hogar, además de la cena y los detalles para los pequeños de la casa en Navidad.
Es el caso de los “boleros”, quienes en la pandemia COVID-19 no pudieron realizar su actividad y sus ganancias se vieron afectadas.
Luego, con la reactivación económica, por etapas el trabajo ha sido escaso, aunque hoy en día hay más ciudadanos en las calles, y eso ha aumentado su actividad.
“Don Toño”, un bolero de muchos años instalado en la calle Padre Flores, del centro de Saltillo, expresa “mientras hay trabajo hay que estar contentos”.
Entusiasmado, a diario regresa a su espacio ubicado a un costado del Mercado Juárez donde trabaja para ayudar en la economía de la familia.
Con tristeza recuerda que en la contingencia sanitaria hubo momentos difíciles, aunque salieron adelante, más allá de que, lamentablemente, a algunos amigos se los “llevó” el Covid-19.
“Lo importante es poder trabajar y de ahí sale lo demás”, señala, “el mejor regalo es tener salud para poder salir a hacer nuestro oficio y ganarnos la vida”.
