Richmond, Virginia. – (Agencias) El 21 de mayo pasado, Avery Sanford se encontraba preparando su graduación en la escuela secundaria de Richmond, Virginia, cuando su padre vació, en el jardín de su casa, dos contenedores con 80,000 monedas de un centavo de dólar.
La cámara de seguridad exterior de la casa de Avery captaron el momento en que su papá, a bordo de una SUV, se detiene afuera de la casa con un remolque enganchado al vehículo.
Se observa como baja del vehículo y opera el remolque para arrojar al jardín y la acera las cientos de miles de monedas antes de alejarse. Se puede escuchar el grito de la mamá y la respuesta del padre.
“Mi mamá salió corriendo y le dijo ¿Qué estas tirando en mi patio?”, dijo Avery a la cadena WTVR, “ella no sabía quien era hasta que él le grito: ‘es el último pago de manutención de los hijos!’”.
Cuando llegó a casa de la escuela, Sanford no podía creer lo que veía. «No era solo a mi madre a la que está tratando de avergonzar, también éramos yo y mi hermana», dijo Sanford a WTVR. «Es doloroso que no considerara eso antes de hacerlo».
Lastimada por el escándalo de su padre, Avery, de 18 años, su madre y varios amigos recogieron las monedas y se preguntaron que hacer con ellas.
La respuesta fue: Donar los 800 dólares en monedas a un centro de atención a víctimas de violencia doméstica.
El jueves, la organización Safe Harbor Shelter, una organización con base en Richmond que atiende a sobrevivientes de violencia familiar, confirmo la donación a The Washington Post.
«Pudieron convertir una experiencia tan negativa de lo que su hija presenció, en algo positivo», declaró Cathy Easter, directora ejecutiva de la organización, al Washington Post.
«Encontraron una manera de darle la vuelta a esto y no sentirse devastadas por ello».
Desde que los medios publicaron la noticia de la donación, el refugio ha recibido más de 5,000 dólares en donativos.
Cinco días después, Mary Maupai, directora de desarrollo de Safe Harbor, recibió un correo electrónico. Maupai dijo que la madre no tenía ninguna relación con la organización.
En el correo electrónico la mamá de Avery le explicaba el incidente, señalando que el 21 de mayo era la fecha límite para el último pago de manutención del papá de 825 dólares.
De acuerdo con el testimonio de Maupai a The Washington Post, la madre señaló que Avery estaba por graduarse y asistir al Tecnológico de Virginia por lo que debería ser un momento de alegría para ella.
«En cambio, tuvo que presenciar este espectáculo de su padre distanciado», escribió la madre, según un correo electrónico que obtuvo el Washington Post.
Safe Harbor, fundada en 1998, se encuentra entre los grupos de atención a victimas en todo el país que han visto reducidos los fondos federales drásticamente en los últimos años.
Así que cuando la madre de Sanford quiso donar el dinero al centro, Safe Harbor agradeció el regalo. Pero Easter y Maupai nunca se imaginaron lo que sucedería después: una avalancha de donaciones provocadas por la acción de la familia de Avery.
Las donaciones que citaban la acción de Avery como catalizador, oscilaban entre los 25 a 1,00 dólares, señaló Maupai.
«El hecho de que estos regalos estén llegando en este momento es como un regalo del cielo», dijo Easter. «Lamento mucho que la familia haya experimentado esto, pero muy agradecidos de que se acercaron y eligieron hacer esto y compartir su historia».
