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El horror de la represión franquista asoma en la fosa 702

Según explica Juan Pedro Bellón que forma parte del equipo de arqueólogos del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología de la Universidad de Jaén, “las catas realizadas nos enseñan que estamos en la periferia de la fosa 702”

Andalucía, España. (Agencias) La represión franquista asoma ya la cara en la fosa 702 del viejo cementerio de San Eufrasio de Jaén, en España, tras la exhumación llevada a cabo. Con las primeras pruebas realizadas, han salido de su entierro los restos humanos que corresponden a unas 1,200 personas víctimas de la represión del dictador Francisco Franco que, aunque aún no se han realizado los análisis por los arqueólogos, ya se sabe que fueron enterradas en la zanja, la que le fue conocida como “el corralillo de los ahorcados”.

Los familiares de los que se encuentran enterrados en esa fosa común han luchado durante 80 años por la dignidad de sus muertos, esperando que se cumpla esa realidad a pesar de que muchos ya han fallecido.

Según explica Juan Pedro Bellón que forma parte del equipo de arqueólogos del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología de la Universidad de Jaén, “las catas realizadas nos enseñan que estamos en la periferia de la fosa 702”. El equipo está encargado de llevar a cabo la exhumación y delimitación de la fosa, aprobada por la Secretaría de Estado de Memoria Democrática del Ministerio de la Presidencia.

Los primeros hallazgos de las víctimas de la represión de la dictadura de esa fosa se dieron al mismo tiempo, en ese extraño juego de la vida, que se exhumaban los restos del represor franquista Gonzalo Queipo de Llano de la basílica de La Macarena, en Sevilla. De Llano está acusado de ser el responsable de la muerte de unas 45,000 personas (hombres, mujeres y niños) en toda Andalucía durante la Guerra Civil.

Francisco Franco (c) y Gonzalo Queipo de Llano (d)

Y suya fue la orden de llevar a cabo el fatídico bombardeo a Jaén en 1 de abril de 1937 que mató a unas 157 personas en el casco antiguo de Jaén. Algunas de las víctimas pudieran estar ahí, en la fosa del viejo cementerio de Jaén, escribe el diario español El País.

Mientras se lleva a cabo la exhumación y la identificación de los restos, muchos de los familiares esperan con emoción los resultados. Algunos han establecido ya un santuario donde honrar a sus familiares, y otros ya han preparado sus pruebas de ADN para entregarlos al Instituto Anatómico de la Junta de Andalucía para facilitar la identificación.

Una de las víctimas que se encuentran en la fosa, de la que no se alberga ninguna duda de acuerdo con el diario español, es Dolores García-Negrete, símbolo de la lucha republicana contra el franquismo y fundadora de la Asociación de Mujeres Antifascistas de Jaén. Cuatro de sus hijos lograron escapar de la represión huyendo al exilio. Otros cuatro terminaron en campos de concentración y en la cárcel. Dolores García-Negrete, tuvo un peor destino.

Dolores García-Negrete (i) y su familia

Pudiendo escapar al exilio desde el puerto de Alicante, decidió quedarse. Fue detenida, torturada, encarcelada y sentenciada a muerte. El 1 de marzo de 1940, fue fusilada en las tapias del cementerio de San Eufrasio en Jaén.

“Esta es una etapa de la historia de España que hay que cerrar, exhumando hasta el último cuerpo, hasta que no se identifiquen esa herida no se va a cerrar; esto no es una pelea de fachas y rojos”, ha señalado el exsecretario general de UGT Cándido Méndez, durante la visita a la fosa 702 junto a la líder ugetista en Andalucía, Carmen Castilla. 

“Hay que darle esa justicia a estas personas que dieron su vida por la República y que dieron su vida y fueron asesinadas por pensar diferente”, ha remachado Castilla, tras recordar a la Junta de Andalucía (gobernada por el PP) su “responsabilidad” en el cumplimiento de la ley de memoria histórica.

En la fosa 702 hay 1,081 víctimas de la represión franquista, de acuerdo con la documentación de la Asociación de Memoria Histórica de Jaén. Sin embargo, a su lado, se encuentra otras dos fosas, la 548 y 48, donde se busca a otros 173 desaparecidos de la primera y 32 de la 48. La mayor fosa, la 702, permaneció abierta hasta 1948, que según los historiadores fue el año en que se enterró al último maqui y guerrillero antifranquista de los muchos que se escondieron en la Sierra Morena al término de la Guerra Civil, escribió El País.