Bogotá, Colombia. – (Agencias) Dairo Antonio Úsuga, alias “Otoniel”, el narcotraficante más buscado de Colombia y líder del Clan del Golfo, fue capturado en su escondite en la jungla por ejército y la policía del país.
El gobierno colombiano había ofrecido una recompensa de hasta 3 millones de pesos (unos 800,000 dólares) por cualquier información que condujera al paradero del narcotraficante. Estados Unidos había ofrecido una recompensa de 5 millones de dólares.

El presidente Iván Duque comparó la detención de Otoniel el sábado con la captura y muerte de Pablo Escobar hace tres años.
“Este es el golpe más grande contra el narcotráfico en nuestro país este siglo”, dijo Duque durante un mensaje de video televisado. “Este golpe solo es comparable a la caída de Pablo Escobar en la década de los noventa”.
Un policía murió en el operativo, informó Duque.
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Otoniel, de 50 años, pasó por la guerrilla colombiana, después se hizo paramilitar, para convertirse finalmente en líder de la banda criminal Clan del Golfo, o Gulf Clan,
De acuerdo con la información de las autoridades, el Clan del Golfo tiene más de 1,200 hombres armados, la mayoría exmiembros paramilitares de extrema derecha, y tiene presencia en 10 de las 32 provincias de Colombia.
El operativo de más de 500 soldados y miembros de las fuerzas especiales de Colombia contó con el apoyo de la inteligencia militar de Estados Unidos y Reino Unido para llegar al escondite en la jungla de Otoniel, que contaba con ocho anillos de seguridad a su alrededor.

Otoniel pasó desapercibido durante años por las autoridades al evitar el alto perfil de los más famosos narcos colombianos.
Otoniel y su hermano, que fue asesinado en una redada en 2012, participaron en sus comienzos como pistoleros de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional.
Sin embargo, cambiaron de bando más tarde y se unieron a los enemigos de los guerrillero, el grupo paramilitar de extrema derecha.

En 2006, cuando el grupo paramilitar firmó el acuerdo para desarmarse, Otoniel se negó a hacerlo y se metió de lleno al mundo criminal de Colombia.
Se adueño de la región del Golfo de Urabá en el norte de Colombia, un importante corredor de trasiego de la droga, rodeando por el mar Caribe y el Océano Pacífico.
Otoniel contó con filtraciones en las fuerzas de seguridad y una red de casa de seguridad que le permitió resistir durante años la política de “tierra quemada” de los militares en su lucha contra el Clan del Golfo.

Sin embargo, la persecución le cobró facturas al narcotraficante. Dormía en colchones ortopédicos para aliviar una lesión en la espalda.
En 2017, con motivo de la visita del Papa Francisco, Otoniel mostro su rostro a través de un video donde pedía se permitiera a él y su grupo deponer las armas y desmovilizarse como parte del proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pero el plan falló.
Para el presidente conservador Iván Duque, el arresto es un impulso ante su discurso de ley y orden, aunque no ha podido frenar la producción de cocaína.
Para el director de Análisis de Riesgos de Colombia, Sergio Guzmán, seguramente un nuevo líder estaría esperando para asumir el liderazgo.