Conor Mcgregor perdió la batalla más importante que puede tener un peleador, contra si mismo, ya que sufrió una lesión en el tobillo que le impidió seguir en la pelea contra Dustin Poirier.
Durante la parte final del primer round fue cuando dió un paso hacia atrás y en ese momento su tobillo de doblo completamente.
Su cuerpo médico indico al referee del encuentro que no podría continuar, así que Poirier ganó la tercer pelea de esta trilogía por TKO.
El peleador irlandés salió en camilla del octágono en un estado inesperado dónde saludo y sonrió para los aficionados que se encontraban a la expectativa de su salud.
La carrera de este histórico parece llegar poco a poco a su fin porque en sus últimas 7 peleas solo ha conseguido tres victorias por cuatro derrotas.
