El pentágono abrió el año pasado la Oficina de Resolución de Anomalías, la misma que se dedica fundadamente a la recepción y el análisis de todos estos reportes de los fenómenos no identificados, muchos de ellos no han sido informados por pilotos militares. La oficina ha mantenido una colaboración con agencias de inteligencia con el objetivo de poder estar evaluando más a fondo estos incidentes.
Dichos eventos siguen ocurriendo en un espacio aéreo restringido o delicado, lo que pone de relieve posibles preocupaciones en cuanto a la seguridad de vuelos o de actividades de recolección enemigas, así lo ha explicado Dirección de Inteligencia Nacional, esto mencionado en el reporte de 2022.
La versión confidencial de este reporte, ha indicado cuántos de estos objetos han sido localizados cerca de lugares donde operan las plantas nucleoeléctricas o se almacenan armas nucleares.
La ODNI ha precisado en su documento que las labores para ponerle un fin al estigma de presentar un reporte y poder enfatizar que los objetos podrían encarar una amenaza que ha contribuído al aumento de los avistamientos.
