Puerto Príncipe, Haití. – (Agencias) Dos semanas después de que fuera asesinado, en un descarado ataque de mercenarios a su residencia privada, el cuerpo del presidente de Haití Jovenel Moïse fue enterrado en su ciudad natal.
De acuerdo con The Washington Post, el ataúd cubierto con la bandera del país y adornado con flores blancas, fue portado por miembros del Ejército con uniforme de lujo.
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Entre los asistentes a las exequias, se encontraba la representante especial del secretario general de la ONU, Helen La Lime; y Linda Thomas-Greenfield, la embajadora de Estados Unidos ante la Naciones Unidas encabezó la delegación de su país.
Sin embargo, las tensiones explotaron en Haití previo al funeral. Los haitianos aún lidian con la incertidumbre del asesinato que toda vía está siendo investigado por la policía y cuyos elementos claves aún siguen sin estar claros.
Al norte del país, donde nació Moïse y donde se llevó a cabo el funeral, estallaron las protestas y disturbios el miércoles y, el jueves, los manifestantes pusieron barricadas y exigieron el esclarecimiento del magnicidio.
Según la agencia Associated Press, un hombre al parecer fue asesinado a balazos en Quartier-Morin, una comuna a las afuera de Cap-Haïtien, la segunda ciudad más grande de Haití.
De acuerdo con los testimonios recogidos por la agencia, hombres armados incendiaron llantas y establecieron barricadas a lo largo de la carretera principal a Cap-Haïtien.
También, informó de protestas airadas contra el jefe de la Policía Nacional, León Charles, cuando visitó más temprano la ciudad.
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El asesinato puso fin abruptamente a la carrera política de un hombre que alguna vez fue conocido como «Neg Bannan nan» («Hombre del plátano» en criollo) por su origen en la comunidad agrícola del norte de Haití, donde trabajó como exportador de banano antes de entrar en política en 2015.
El asesinato trajo confusión sobre quien gobernaba el país. Tres políticos reclamaron el cargo. El martes pasado, Ariel Henry, juró como primer ministro después de que Claude Joseph, el primer ministro interino, se hizo a un lado.
El sábado pasado, Martine Moïse, viuda de Jovenel, hizo un regresó sorpresa a Haití después de recuperarse de sus heridas en un hospital de Florida.
El miércoles hizo una aparición pública en el Museo Nacional del Panteón en Puerto Príncipe, donde se rindió un homenaje a su esposo. Fue acompañada de sus hijos, y portaba un cabestrillo en el brazo derecho.
En una carta al pueblo haitiano publicada en las redes sociales, Martine Moïse les agradeció sus condolencias y agregó que el funeral del viernes sería pagado por la familia en lugar del tesoro público.
«Su apoyo moral le da a la familia presidencial el coraje para pasar por este gran dolor», escribió.
