Esta declaración fue realizada por las Naciones Unidas en 1975 para, dos años más tarde, convertirse en el Día Internacional de la Mujer y la Paz Internacional.
La necesidad de conmemorar un Día Internacional de la Mujer tiene su origen a finales del siglo XIX, después de la Revolución Industrial.
Este fue un periodo histórico que transformó la economía y el modo de trabajo empujado en gran medida por muchas mujeres trabajadoras que eran explotadas y que no tenían ninguna ley las protegiera.
El origen de esta digna y justa celebración es bastante doloroso pues lo anteceden actos inhumanos.
Un día como hoy, en 1908, 129 mujeres murieron en un incendio en la fábrica Cotton, de Nueva York, Estados Unidos.
Las trabajadoras se habían declarado en huelga con permanencia en su lugar de trabajo.
Buscaban una reducción de jornada laboral a 10 horas, un salario igual al que percibían los hombres que hacían las mismas actividades, y denunciaban las malas condiciones de trabajo que padecían.
El dueño de la fábrica ordenó cerrar las puertas del edificio para que las mujeres desistieran y abandonaran el lugar.
Sin embargo, el resultado fue la muerte de las obreras que se encontraban en el interior de la fábrica.
Durante ese mismo año, el 3 de mayo, se realizó un acto por el día de la mujer en Chicago; este fue el preámbulo para que el 28 de febrero de 1909, en Nueva York, se conmemore por primera vez el “Día Nacional de la Mujer” y luego procediera a realizarse de forma internacional.
Generalmente este día está representado por mujeres en las calles marchando a favor de distintos objetivos.
Este 2021 se conmemora distinto por las condiciones que marca la pandemia de Covid-19.
