Washington, D.C. – (Agencias) El Covid-19 ha matado ya a más de 400,000 estadounidenses. Estados Unidos llegó a esa cifra catastrófica a la víspera del aniversario del primer caso confirmado de Covid-19 y el último día del mandato de Trump, que se definirá según los historiadores por su desdén a una crisis nacional de salud.
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“Para sanar, debemos recordar”, dijo el presidente electo Joe Biden en una vigilia el martes por la noche por las víctimas del coronavirus en el Monumento a Lincoln. “Y a veces es difícil recordarlo. Pero así es como nos curamos. Es importante hacer esto como nación. Por eso estaos aquí hoy”.
De acuerdo con The Washington Post, el sobrio evento ofreció un sorprendente contraste con la constante ignorancia del virus por parte de Trump, y sirvió como una señal de la nueva administración de que tomaría en serio la terrible pandemia.
En la vigilia, Biden y la vicepresidenta Kamala Harris invitaron a la nación a llorar juntos. “Durante meses, nos hemos afligido por nosotros mismos”, dijo Harris. “Esta noche lloramos y comenzamos a sanar juntos”.
La gente esta muriendo a un ritmo no visto durante lo que va de la pandemia, incluidos los aciagos días de primavera, cuando las morgues se desbordaron a vagones refrigerados en las calles de Nieva York.
De acuerdo con el Washington Post, el número de muertos en Estados Unidos tardo poco más de un mes en subir de 300,000 a 400,000, el doble de rápido que el aumento de 200,000 a 300,000.
Los Estados Unidos han registrado más de 24 millones de personas contagiadas en total. El número de víctimas fatales es ahora mayor a la población en ciudades como Nueva Orleans y Tampa.
Quizá los estadunidenses muertos por Covid-19 superen a los muertos en la Segunda Guerra Mundial dentro de pocos días.
Y, sin embargo, la situación continúa empeorando.
De acuerdo con The Post, los estados solo han distribuido la mitad de las 31 millones de dosis de la vacuna que han recibido, mientras los estadounidenses se preguntan cuando recibirán su dosis de vacuna.
Mientras esperan, el virus sigue su propagación y los hospitales tratan de hacer espacio para los nuevos casos.
