Lado B

Las curiosas vacas salvajes que habitan en el Reino Unido

Las vacas y los toros actuales, de cualquiera de las casi mil razas existentes en las más diferentes latitudes de la Tierra, provienen del Bos taurus primigenius, el Uro, una especie que fue domesticada en Asia hace unos 10.000 años y posteriormente llevada Europa.

La mayoría de las razas de toros y vacas se originaron a partir de ese único ancestro.

El inicio del proceso de domesticación ocurrió hace más de 10.000 años y actualmente los animales criados tanto para la producción de leche como de carne no tienen prácticamente nada que ver con su antecesor.

Los bovinos actuales son animales domésticos y la mayoría de ellos dependen del ser humano para su supervivencia controlada.Se considera que los bovinos actuales son domésticos y no tienen relación casi con sus antecesores (Foto: SOCIEDAD ECONOMIA ESPAÑA EUROPA)
Se considera que los bovinos actuales son domésticos y no tienen relación casi con sus antecesores (Foto: SOCIEDAD ECONOMIA ESPAÑA EUROPA)

De los más de 1200 millones de cabezas de ganado que hay en el mundo, solo unas pocas, en algunas islas y en el entorno del castillo de Chillingham, en Reino Unido, viven libres de interferencia o gestión humana.

Esas pocas razas han retornado o se han mantenido en el estado silvestre por razones tan curiosas como diversas.

Una de esas estirpes es la raza Chillingham, que podría tener menos ejemplares en el mundo que los pandas, en franco peligro de extinción.

El castillo de Chillingham en el Reino Unido es el hogar de una de las últimas manadas de bovinos salvajes en el mundo.

La cantidad de animales que existen vivos de esta raza la transforma en una de las rarezas genéticas del planeta, con alrededor de 130 ejemplares, muchos menos que los pandas, los tigres siberianos o los gorilas, todos en franco riesgo de extinción.El Castillo de Chillingham Castle es un castillo medieval ubicado en el pueblo de Chillingham en Northumberland, Inglaterra (Foto: Getty Images)El Castillo de Chillingham Castle es un castillo medieval ubicado en el pueblo de Chillingham en Northumberland, Inglaterra (Foto: Getty Images)

Estos animales son de color blanco muy puro, de cuerpos vigorosos, temperamento agresivo y combatiente con enormes cuernos.

Su carácter malhumorado e impredecible los hace capaces de alcanzar una velocidad de 48 km/h, en una embestida atacando todo lo que consideran una amenaza.

Esta es la única raza de ganado británica que ha escapado a la mejora genética selectiva de la mano del ser humano, provocada por las exigencias de la demanda del mercado durante la llamada Revolución Agrícola de hace aproximadamente 200 a 300 años.

Por ello, se las califica como ganado “medieval” por su pequeña talla, su bajo peso (menos de 400 kg) y las diminutas ubres de la vaca, en comparación con las razas modernas.

Las teorías sobre su origen difieren desde leyendas que los relacionan con la Antigua Roma o incluso con los celtas, así como que son la última reliquia de los rebaños de uros que alguna vez vagaron por los bosques de Gran Bretaña.(Getty Images)(Getty Images)

Cualquiera sea la teoría válida, ofrecen una idea de cómo se pueden haber comportado los bovinos primitivos en su época.

La estructura del rebaño, la psicología y los rituales de apareamiento no se pueden ver y estudiar en ningún otro lugar desde una estructura de rebaño verdaderamente natural.

A lo largo de los siglos, los bovinos de esta raza se han apareado tanto entre sí, que son prácticamente clones genéticos.

Aunque la consanguinidad tiene, la mayoría de las veces, efectos nocivos, en el ganado Chillingham ha tenido un efecto contrario, un rasgo único en el mundo natural.

Al estar aislados, han logrado esencialmente purificar su acervo genético a través las sucesivas cruzas entre los mismos ejemplares, hasta el punto en que son casi idénticos entre sí y no existe suficiente diversidad para causar mutaciones dañinas.

Tras duros inviernos e incluso un brote de fiebre aftosa que casi acaba con el rebaño, han “aprendido” genéticamente a sobrevivir, aunque también se dice que hay un hato en algún lugar secreto de Escocia y que se conservan embriones congelados que garantizarían su supervivencia.

No obstante, en los últimos tiempos la manada está prosperando.

La población está en su punto más alto desde que se los comenzó a registrar en el siglo XIX y los visitantes del castillo pueden disfrutar al observar, aunque de lejos, a una raza que los transporta en algún sentido a la Edad Media.

*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.