Washington, D.C. – (Agencias) Era temprano el miércoles, cuando el jefe de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, el Dr. Robert Redfield se reunió de manera virtual con grupos empresariales. Ahí les ofreció la más dura advertencia, que nunca había hecho, sobre los siguientes meses de la pandemia.
Redfield les dijo a los miembros de la Fundación de las Cámaras de Comercio que “de hecho, creo que van a ser los momentos más difíciles en la historia de la salud pública de esta nación”.
Conforme paso el día, los registros de fallecimientos no socavaron la afirmación.
De acuerdo con The NYTimes, por la tarde, los estadounidenses se enteraron de que el número de personas hospitalizadas por Covid asciende a 100,000 personas, el doble del punto más alto en primavera, cuando la pandemia alcanzo su pico.
Después, amanecieron este jueves con la noticia que el número de muertes en un día de Covid habían superado el récord de abril, cuando el numero de muertes alcanzó su pico más alto.
El reporte informó de 2,885 muertes de Covid-19 el miércoles, sin señales de que disminuya. Con los hospitales llenos, parece que la perspectiva de los días por venir es demasiado clara.
Al respecto, el Dr. Jeremy Faust, médico de urgencias del Brigham and Women´s Hospital en Boston, comentó que, si “me dicen que las hospitalizaciones terminaran esta semana, les diré que varias semanas después, las muertes habrán terminado”.
La proyección que Redfield les planteó a las Cámaras de Comercio fue que el efecto del invierno será devastador, y que, para febrero, tal vez 450,000 estadounidenses podrían estar muertos. En este momento son 273,000.
Y entonces Redfield se atrevió a decir lo que callaba frente a Trump. Los estadounidense podrían, dijo, reducir sus pérdidas a través de medidas simples como “usar el cubrebocas”.
«No es un hecho consumado», dijo. «No estamos indefensos. La verdad es que la mitigación funciona. Pero no va a funcionar si solo la mitad de nosotros hacemos lo que tenemos que hacer. Probablemente no, incluso si tres cuartas partes lo hacen”.
Esta vez, más allá de las similitudes con el pico de primavera, existen grandes diferencias.
En primavera, las muertes se concentraron en Nueva York y Nueva Inglaterra. Hoy en día, el cobro de la pandemia se ha extendido por todo el país. Estados Unidos registra 14 millones de casos reportados, desde el inicio de la pandemia.
Pero lo aleccionador fue que el pico de abril representó el peor momento de la primavera, seguido por una disminución de muertes, debido a que se impusieron medias extremas de confinamiento y muchos estadounidenses cambiaron su comportamiento.
Esta vez, se relajaron las medidas. Se abrieron negocios por la presión que los escépticos que, siguiendo a Trump, desacreditaron la peligrosidad del virus.
Y viene lo peor. De acuerdo con los expertos, es probable que los fallecimiento por Covid supere los registros del miércoles. Ya se empiezan a sentir los efectos del Día de Acción de Gracias en el número de contagios, debido a los miles de viajeros que aprovecharon el día. Falta Navidad y Año Nuevo.
“Esta es una situación mucho peor», dijo el Dr. Ashish Jha, decano de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Brown. «El verano no nos va a rescatar. Las cosas no están cerradas.»
Sin embargo, existen diferencias positivas con respecto a primavera. A pesar del aumento en el número de contagios, superan el millón en una semana, la proporción de muertes es menor.
Los datos nacionales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades muestran que la proporción de casos que resultaron en muerte disminuyó del 6.7 por ciento en abril al 1.9 por ciento en septiembre.
Sin embargo, los fallecimientos en Estados Unidos están directamente relacionadas con el volumen de contagios por semana, y estos siguen aumentando.
«Es terrible, porque era evitable», dijo la Dra. Leora Horwitz, profesora asociada de salud y medicina de la población en la Escuela de Medicina N.Y.U. Grossman. «Somos un mundo atípico en este sentido.»
