“El tiempo presente, tan convulsionado por los comportamientos contrarios al Evangelio, piden que vivamos en fidelidad a lo que predicamos. Jesús nos invita a velar y estar preparados para encontrarnos con Él en su venida”, dijo, “nuestro comportamiento honesto debe ser signo de nuestra esperanza firme en Jesucristo, en quien tenemos puesta nuestra confianza”, señaló Hilario González García, obispo de Saltillo, en el marco del primer domingo de Adviento.
“Iniciamos con el Adviento un nuevo año litúrgico y deseamos salir al encuentro del Señor que viene a nosotros, preparándonos con la oración y la práctica de las buenas obras”, dijo.
El Adviento es el tiempo de preparación a la Navidad. Nos preparamos tanto para la segunda venida del Señor como para celebrar su venida en la historia, explicó el obispo.
“A lo largo de estas cuatro semanas somos invitados a revisar nuestra vida y desarrollar las virtudes cristianas, reflejando así la presencia de Jesús en cada uno de nosotros”, indicó.
“En esta primera semana nos anima el deseo de ir con alegría al encuentro del Señor. Es como iniciar una peregrinación a un lugar sagrado para encontrarnos con Dios. Subir al monte del Señor, a la casa de Dios, para tener una experiencia gozosa de su misericordia y aprender así a caminar por sus sendas de verdad y justicia. Caminar a la luz del Señor en medio de las oscuridades de este mundo, con la seguridad que Él es el árbitro de las naciones, juez de paz y reconciliación”, indicó.
“Deseamos decir “la paz contigo” a todas las personas con las que convivimos, deseando todos aquellos bienes que en verdad nos edifican. Deseamos cambiar las armas de guerra en utensilios productivos, las palabras hirientes y agresivas en palabras de consuelo y armonía. Deseamos superar lo que nos divide y separa para alcanzar la comunión y la participación en aquello que nos ayuda a construir el Reino de Dios”, señaló el prelado.
“Atendiendo al consejo que san Pablo da en su carta a los romanos, tomamos en cuenta el tiempo presente para mejorar nuestra presencia en el mundo. No queremos hacer las obras de las tinieblas, sino las obras de luz que ayudan a iluminar nuestra sociedad”, continuó Hilario González.
“Queremos revestirnos de las armas de la luz, es decir, de las virtudes que hemos aprendido de Jesucristo, para vencer los vicios que nos destruyen y esclavizan”, señaló.
“Vayamos con alegría al encuentro del Señor en esta Navidad. Renovemos nuestra confianza en el Señor, caminemos juntos bajo la luz del Evangelio y pongamos en práctica sus enseñanzas. Que todos los fieles demos un buen testimonio, con nuestras palabras y nuestras obras, y así motivemos a todas las personas a buscar el Señor, y encontrar en Él el sentido de su vida, el amor compasivo que conforta y anima a vivir unidos a Él”, concluyó el Obispo de Saltillo.
