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Los delfines ‘gritan’ para compensar el ruido submarino

Londres, Inglaterra. – (Agencias) Sin duda, todos hemos experimentado el esfuerzo para mantener una conversación en un bar o restaurante con un alto nivel de ruido. Los investigadores han encontrado que los delfines “gritan” al enfrentarse a un ambiente similar en el fondo del mar.

El estudio reveló que el ambiente ruidoso creado por el ser humano dificulta que los delfines se comuniquen y cooperen en tareas entre sí, lo que ha aumentado la preocupación de los expertos por el impacto de la contaminación acústica humana está produciendo en la vida marítima.

Pernille Sørensen

“En un pub muy ruidoso nos encontramos aumentando el volumen de nuestra voz”, dijo Pernille Sørensen, estudiante de posgrado en la Universidad de Bristol y primera autora de la investigación, publicada en la revista Current Biology. «Los delfines responden de manera similar: están tratando de compensar, pero hay algunos errores de comunicación».

Los delfines, animales sociales e inteligentes, dependen de los clics y silbidos producidos para comunicarse, además de usar la ecolocalización para cazar y navegar. Por lo que el ruido producido por la actividad humana, como la perforación y transportación marítima, produce un impacto profundamente negativo a la salud de las especies marinas.

El estudio involucró a dos delfines, Delta y Reese, observó como el ruido del fondo afectó su capacidad para cooperar. En una prueba que requería el trabajo conjunto de los delfines para presionar un botón colocado para cada uno en un extremo de un estanque en la laguna con una diferencia de un segundo, una tarea que algunos humanos tendrían dificultad para coordinar.

Los dos delfines fueron liberados desde un punto de partida durante cada prueba. En algunas, uno de los delfines fue retenido entre 5 y 10 segundos. Lo que significaba que los delfines dependían únicamente de la comunicación vocal para coordinar el toque de los botones. Cuando se aumentó el nivel de ruido desde unas bocinas marinas, ambos animales aumentaron el volumen y la duración de sus llamadas para compensar el ruido y coordinar la pulsación del botón.

Sin embargo, la compensación no fue suficiente. Desde el nivel de ruido más bajo hasta el más alto, la tasa de éxito de los delfines se redujo del 85% al ​​62,5%, según arrojó la investigación. Al aumentar los niveles de ruido, los delfines también cambiaron su lenguaje corporal, reorientándose para estar cara a cara de manera más frecuente y nadando a través de la laguna para estar más cerca uno del otro.

Los niveles de ruido eran comparables al que a veces se experimenta en ambientes marinos con la transportación y las perforaciones marítimas. “A pesar de sus intentos de compensar, a pesar de estar muy motivados y del hecho de que conocen tan bien esta tarea cooperativa, aun así, el ruido perjudicó su capacidad para coordinarse con éxito”, dijo Sørensen.

Delta y Reese

El sonido a través del agua se transmite 4.5 más veces que en el aire. Esto significa que muchos organismo marinos han evolucionado para depender del sonido para descubrir pistas importantes para navegar, buscar comida, evitar depredadores y comunicarse.

Los invertebrados y los peces escuchan sonidos de baja frecuencia, mientras que los cactáceos, como la ballena y delfines, pueden escuchar frecuencias muy altas, hasta 200 Hz, y usan un sonar activo para detectar objetos, incluidas las presas. El canto de las ballenas jorobadas a baja frecuencia se puede escuchar hasta a 16,000 kilómetros de distancia.

En las últimas décadas, el ambiente sonoro submarino ha cambiado radicalmente. De uno que tenía solo sonidos producidos naturalmente, a uno en el que algunas regiones están dominadas por completo por la contaminación acústica humana: el tráfico marino, la exploración sísmica, la extracción de petróleo y los parques eólicos marinos.

La contaminación acústica ha sido causa de varamientos, enfermedades por descompresión y cambios de comportamiento. “Esas mismas razones que hacen que el sonido sea tan ventajoso para los animales también los hacen susceptibles a la perturbación del ruido en el medio ambiente”, dijo Sørensen.

Australia registro en septiembre de 2020 el varamiento más grande históricamente de ballenas, en el que estuvieron involucradas unas 450 ballenas piloto en la costa oeste de Tasmania, donde se tuvieron que sacrificar a la mayoría por sus escasas probabilidad de supervivencia. De acuerdo con algunos expertos, la causa fue la contaminación acústica submarina.

Otro estudio reciente descubrió que cuando lo narvales, un cactáceo odontoceto que habita en aguas del Ártico, están expuestos a pistolas de aire sísmicas, utilizadas en la exploración de la industria del petróleo y gas, inmediatamente se sumergen a las profundidades para escapar del ruido. Estas inmersiones de alta intensidad usan mucha más energía de lo normal y ponen en riesgo la salud de los mamíferos marinos, dijeron los científicos.