Manila, Filipinas. – (Agencias) El domingo pasado, el centro de Filipinas fue barrido por la tormenta tropical “Megi”. De acuerdo con el Consejo de Seguridad del archipiélago, la tormenta dejó hasta el momento: 45,000 afectados, poco más de 17,000 personas evacuadas a los diferentes refugios establecidos y al menos 43 personas habían fallecido y una permanece en calidad de desaparecido.
Las autoridades informaron durante el pasado lunes que los fallecidos murieron en deslizamientos de tierra e inundaciones en las costas este y sur del país del sudeste asiático.
La tormenta tropical Megi, bautizada en Filipinas como Agaton, entró el domingo por la costa este del país en dirección noroeste. Causó casi trescientas inundaciones y corrimientos de tierra en los archipiélagos de Bisayas y Mindadao, en el centro y sur del país.
La provincia más golpeada por ‘Megi’ es la oriental de Leyte, donde se han hallado22 cuerpos después de quedar enterrados bajo un deslizamiento de tierra. Así lo ha afirmado el jefe de la policía de la ciudad de Baybay, Joemen Collado.
La ciudad de Cebú, al centro del país, ha sufrido también los estragos de ‘Megi’. Las escuelas y el trabajo fueron suspendidos el pasado lunes y el alcalde Michael Rama declaró el estado de desastre con el objetivo de liberar rápidamente fondos de emergencia para paliar los efectos de la tormenta tropical en la zona.
Las carreteras y casas han quedado sumergidas por las aguas al sur de Filipinas tras las fuertes lluvias que ha traído la tormenta tropical. En el pueblo montañoso de Mailhi, se encontraron 14 cuerpos, según el capitán del ejército Kaharudin Cadil.
En total, unas 139,000 personas se han visto afectadas por la tormenta en toda Filipinas. Megi es la primera gran tormenta que azota en 2022 al país, propenso a los desastres, y que registra un promedio de 20 tifones cada año.
En diciembre, el tifón Rai, el más poderoso en llegar a Filipinas el año pasado, dejó al menos 409 víctimas mortales. El tifón Haiyán, el mayor que ha tocado tierra provocó en noviembre de 2013 unas 7.000 muertes a lo largo del archipiélago.
