Buenos Aires, Argentina. – (Agencias) Miles han salido a las calles de Buenos Aires y otras ciudades de Argentina, para mostrar su repudio a la violencia política de la que fue objeto la vicepresidenta del país Cristina Fernández de Kirchner y darle su apoyo, después de que un hombre puso una pistola a centímetros de su cabeza y la accionó, sin embargo, el tiro no salió.
El atentado ha sido repudiado por lideres del mundo, incluido el Papa Francisco, mientras decenas de miles inundaban las calles de la capital, Buenos Aires, y todas las ciudades del país en solidaridad con la vicepresidenta que, como Evita Perón, domina el panorama político de Argentina.
El ataque fue pasado en vivo por los canales televisivos que se encontraban a las afuera del domicilio de Cristina Kirchner, cuando un hombre se abrió paso entre la multitud que se arremolinaba alrededor de la política y apuntó a la cara de la vicepresidenta.
La pistola se trabó. Inmediatamente los seguidores y guardias que acompañan a la líder peronista detuvieron al hombre. El agresor fue identificado como Fernando Andrés Sabag Montiel, de 35 años, de origen brasileño que vive en Argentina desde 1998.
Aún la policía de investigación desconoce los motivos de la agresión, sin embargo, se produce en momento de tensión política y crisis económica. El presidente Alberto Fernández calificó el ataque como el incidente más grave desde que el país regresó a la democracia en 1983.
Lideres de todo el hemisferio denunciaron el intento de asesinato, mientas que el Papa Francisco, nacido en Buenos Aires, dijo: “Rezo para que la armonía social y el respeto por los valores democráticos prevalezcan en la amada Argentina, contra todo tipo de violencia y agresión”.
El viernes, la gran Avenida de Mayo de Buenos Aires se encontraba repleta de gente que ondeaban banderas celeste y blanco y enormes pancartas que representaban a los poderosos movimientos sociales del país. Grandes portarretratos de Cristina con la banda presidencial.
En el edificio del Ministerio de Desarrollo Social colgaban grandes mantas, una con la figura de Evita Perón y a un lado la de la vicepresidenta. Tambores y sonido de bandas musicales llenaban el aire mientras los manifestantes coreaban “¡Si tocan a Cristina, que caos vamos a causar!”.
