Madrid, España. – (Agencias) Bajo el grito de «La tortura no es cultura», miles de personas marchan frente a la famosa plaza de toros de Las Ventas de Madrid en contra de las corridas de toros en España. La manifestación, organizada por el partido político español de defensa de los derechos de los animales, PACMA; exige al gobierno el fin de las corridas de toros y de todas las actividades en las que intervenga este animal en el país.
José Enrique Zaldívar, veterinario y presidente de la Asociación de Veterinarios contra la Tauromaquia y el Maltrato Animal (AVATMA), dijo: «La tortura y el maltrato animal deben ser abolidos, nuestra asociación reclama el fin de la tauromaquia con argumentos científicos, nuestras investigaciones dicen que estos animales sufren enormemente».
España aprobó recientemente una nueva ley que reconoce a los animales como «seres sintientes» a todos los efectos legales. Gracias a esta ley -a la que solo se opuso el partido de extrema derecha Vox- los animales de compañía y las especies salvajes han dejado de ser considerados «objetos» en el Código Civil español.
Con buen tiempo y sin mucho calor, según información de la Delegación del Gobierno en Madrid, cerca de 2,000 de personas protestaron contra las corridas de toros afuera de la famosa plaza de Las Ventas en la capital española. En la manifestación se encontraba el presentador de televisión Jorge Javier Vázquez y las actrices Beatriz Rico y Michelle Calvó.
“Vergüenza me da la fiesta nacional”, “Torero el que no bote” o “Esta plaza la vamos a cerrar” han sido algunas de las consignas coreadas por los manifestantes, que también portaban carteles donde podía leerse: “Cuando un ser vivo sufre no es una fiesta” o “El 92 % de los españoles no asisten a los toros”.
La portavoz nacional de PACMA, Yolanda Morales, ha declarado que la protesta persigue “la abolición total tanto de la tauromaquia como de todos los festejos taurinos y crueles con animales en España”. Morales ha apuntado que “socialmente, la tauromaquia está muy condicionada”, pero “lamentablemente” las instituciones “la siguen nutriendo, fomentando y financiando”, por lo que ha exigido el compromiso de partidos y administraciones para conseguir la abolición de esta práctica.
