San Ángelo, Texas. – (Agencias) La historia muestra muchos hechos que llevan en sí mismos una lección. El líder en Texas del movimiento contra el mandato del cubrebocas, Caleb Wallace, de 30 años, murió de Covid-19.
La esposa, Jessica Wallace, que creó una página en GoFundMe para recibir donativos, escribió el sábado “Caleb ha fallecido pacíficamente”. «Él vivirá para siempre en nuestros corazones y mentes», dijo.
Caleb Wallace fue cofundador del grupo “San Ángelo Freedom Defenders, en Texas, quienes se oponían a la “tiranía del Covid”, en referencia a las restricciones establecidas por el gobierno federal, entre ellas, el uso obligatorio del cubrebocas y la aplicación de la vacuna.
De acuerdo con la revista Newsweek, en octubre de 2020, en una entrevista, Wallace hablo de una reunión del grupo donde habían planeado un mitin llamado “El fin de la tiranía del Covid” y planteo una serie de preocupaciones.
«Los derechos básicos de respirar aire libre, moverse libremente, entrar en negocios sin ser acosado por una máscara … estos médicos ordenan estas ridículas restricciones a sus ciudadanos sin tener facultades, ni representación en el ayuntamiento o en los tribunales de comisionados», dijo.
«No somos solo un grupo de personas enojadas, somos personas que estamos hartos, pero también queremos brindar opciones y brindar una opción positiva».
Wallace fue coorganizador de la “Manifestación por la Libertad” en julio de 2020, en San Ángelo, Texas, que describió como una protesta pacífica de personas “hartas de que el gobierno controle nuestras vidas”, según informó San Ángelo Standard Times.
De acuerdo con su esposa, Caleb comenzó a sentir los síntomas del Covid-19 en julio pasado. Al principio, se negó a hacerse la prueba de COVID-19 o ir al hospital, dijo.
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Comenzó a tratarse con ivermectina, un medicamento que se usa para tratar parásitos en personas y animales, y que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) había alertado sobre su uso en enfermos de Covid-19.
Además, se automedico zinc, aspirina, y un inhalador según informó el periódico. «Era muy duro», dijo Jessica Wallace. «No quería ver a un médico, porque no quería ser parte de las estadísticas con las pruebas de COVID».
Para el 30 de julio, lo llevaron al hospital. Para el 27 de agosto, Jessica Wallace publicó que su esposo no viviría mucho tiempo, y que sería trasladado a una “atención de consuelo” al día siguiente.
La Sra. Wallace escribió: “»Todos ustedes tienen el derecho de sentirse como se sienten ahora ante las creencias por las que luchó Caleb. Era un hombre imperfecto, pero amaba a su familia y a sus hijas más que nada», dijo Wallace.
«A aquellos que le desearon la muerte, lamento que sus puntos de vista y opiniones los hayan lastimado. Oré para que saliera de esto con una nueva perspectiva y más aprecio por la vida. No puedo decir mucho más que eso porque no puedo hablar por él», agregó.
