Conroe, Texas. – (Agencias) A pesar de que eran las 2 p.m., el niño seguía dormido bajo un montón de cobijas en su casa móvil en Conroe, Texas, sin calefacción, en una temperatura de -28 grados centígrados.
Después de todo, Cristian Pavón, de 11 años era conocido por dormilón, dijo su madre María Elisa Pineda. Sin embargo, para cuando la madre lo quiso despertar, Cristian no respondió.
Fue demasiado tarde para entonces. De acuerdo con The Washington Post, Cristian fue declarado muerto esa tarde. Las autoridades están investigando si el niño, aparentemente sano, murió de hipotermia después de que la casa rodante se quedó sin calefacción desde el fin de semana.
“Estaba bien. Jugó, cenó y se fue a la cama”, relató su afligida mamá. Cristian es una de las victimas más jóvenes en morir desde el pasado domingo, cuando un vórtice ártico dejó a millones de hogares sin energía eléctrica ni agua.
Hasta ahora, al menos 47 personas han muerto por congelamiento o relacionados con la masa invernal que ha obligado a miles de hogares a recurrir a viejas y peligrosas fuentes de calor.
De acuerdo con las autoridades, las cifras de muertes aumentarán a medida que continúen las temperaturas congelantes y las futuras tareas de reconstrucción revelarán la magnitud de la tragedia.
De acuerdo con The Washington Post, 30 de estas victimas mortales se produjeron en Texas, un estado donde la caída de energía expuso a la población a temperaturas congelantes.
Algunos han muerto por intoxicación con monóxido de carbón después de encender sus estufas o sus vehículos para mantenerse calientes.
Otros, como un hombre de 75 años en Crosby, Texas, cuya máquina de oxígeno dejo de funcionar después de que su casa se quedara sin energía, fue encontrado muerto. Muchos fueron encontrados muertos de hipotermia dentro de sus casas o de sus vehículos.
Cristian, originario de la ciudad costera de Tela, en Honduras, llegó a Texas en 2019 para reunirse con su madre, a quien no había visto desde hacía un año, según informó la cadena Univisión.
El lunes, vio por primera vez la nieve, después de que la tormenta invernal arrojara una cubierta de cerca de 20 cm.
Cristian, un estudiante de sexto grado, se puso su chamarra roja con gorro y se lanzó a la nieve, dejando pequeños pasos atrás, mientras su madre le tomaba fotos y grababa la memorable ocasión en su celular.
“Todo estaba bien”, comenta su madre. “Estaba emocionado. Estaba feliz ese día. Él no estaba enfermo en lo absoluto”, responde la dolida madre al periódico Houston Chronicle.
Cuando se le empapo los guantes, la mamá lo metió a la casa rodante. A las 11 p.m. se fueron acostar él y su hermanito de 3 años. No volvió a despertar.
Por ahora, la familia está recaudando dinero para repatriar el cuerpo de Cristian a Honduras. El niño le había dicho a la familia que deseaba regresar a Honduras para ver a sus abuelos. Un día, aseguró a su madre, trabajaría para construirles una pequeña casa.
«Pero no iba a ser así», dijo la mamá al Chronicle. “Esos deseos no se cumplieron.»
