Nueva York, Nueva York. – (Agencias) El secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha puesto la alarma en los cada vez más frecuentes incendios forestales junto con olas de calor extremo nunca vistas, calificándolos como estragos que muestran que la humanidad está enfrentando un “suicidio colectivo”, mientras los gobiernos de todo el mundo se esfuerzan por proteger a las personas de los impactos negativos.
Ante ministros de 40 países reunidos el lunes para discutir la crisis climática en Berlín, Antonio Guterres dijo: “La mitad de la humanidad está en la zona de peligro, por inundaciones, sequías, tormentas extremas e incendios forestales. Ninguna nación es inmune. Sin embargo, seguimos alimentando nuestra adicción a los combustibles fósiles”. Y agregó: “Tenemos una opción: o acción o suicidio colectivos. Está en nuestras manos”.
En Europa y Estados Unidos, los incendios arrasaron miles de hectáreas este fin de semana. En América del Sur, un incendio amenazó el famoso sitio arqueológico de Machu Picchu. En todo el mundo, el calor extremo ha batido récords en los últimos meses. La India y Asía del Sur han sido golpeadas por olas de calor muy superiores a las normales de verano, las sequias han devastado partes del ya sufrida África y las altas temperaturas sin precedentes en ambos polos sorprendieron a los científicos del mundo en marzo.
El lunes entró en vigor, en el Reino Unido, una alerta roja por calor extremo emitida por las altas temperaturas previstas, con máximas pronosticadas por encima de los 40°C en algunos lugares del Reino Unido.
En la Petersberg Climate Dialogue, una conferencia climática de dos días que se realiza en Berlín, los ministros reunidos ahí discutirán el clima extremo, así como el aumento de los precios de los combustibles fósiles y los alimentos, y los impactos de la crisis climática. La reunión, que ha sido convocada por gobierno alemán durante los últimos 13 años, es una de las últimas oportunidades para llegar a un acuerdo clave entre los países antes de la cumbre climática de la ONU Cop27 en Egipto el próximo mes de noviembre.
Esta vez Alok Sharma, que presidió la cumbre climática Cop26 de la ONU en noviembre pasado, en Glasgow, y que será presidente hasta la cumbre de Egipto, no estará presente en la conferencia de Berlin, ya que deberá quedarse en Londres para votar en la contienda para sustituir a Boris Johnson quien presentó su renuncia como primer ministro del Reino Unido.
Las perspectivas hacia la Cops27 han disminuido considerablemente en los últimos meses, debido a que los aumentos de los precios de los energéticos y los alimentos han sumido a los gobiernos en una espiral inflacionaria, provocada por la lenta recuperación post pandemia de coronavirus y exacerbada por las sanciones de occidente a los energéticos de Rusia tras su operación especial militar en Ucrania.
Los países acordaron en la Cops26 limitar el calentamiento global a 1.5°C por encima de los niveles preindustriales, sin embargo, los compromisos que asumieron aún eran inadecuados para lograrlo. Para este año, los países acordaron presentar planes nacionales mejorados para la suspensión de las emisiones de gases de efecto invernadero, conocidas como contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC).
El vicepresidente de la Comisión Europea, que lidera el bloque de la UE en las conversaciones sobre el clima de la ONU, Frans Timmermans, redujo las expectativas para la conferencia en una entrevista con Guardian. “Francamente, no veo tantas NDC nuevas en el horizonte”, dijo, señalando a Australia, con su nuevo gobierno, como una rara excepción.
Sameh Shoukry, ministro de Relaciones Exteriores de Egipto y presidente de Cop27, asistirá a las conversaciones de Berlín esta semana, pero su presencia se verá ensombrecida por las preocupaciones sobre el NDC presentado recientemente por Egipto. El plan decepcionó a muchos observadores, que esperaban niveles de ambición mucho mayores para dar ejemplo a otras economías emergentes.
Guterres también criticó duramente a los «bancos multilaterales de desarrollo», instituciones como el Banco Mundial, que son financiadas por los contribuyentes del mundo rico para brindar asistencia a los países pobres. Dijo que sus apoyos no eran adecuados para el cumplimiento de sus objetivos cuando se trataba de proporcionar los fondos necesarios para la crisis climática, y que deberían reformarse.
“Como accionistas de los bancos multilaterales de desarrollo, los países desarrollados deben exigir la entrega inmediata de las inversiones y la asistencia necesarias para expandir la energía renovable y desarrollar la resiliencia climática en los países en desarrollo. Exijan que estos bancos se vuelvan aptos para su propósito. Exijan que cambien sus marcos y políticas cansadas para asumir más riesgos… Demostremos a los países en desarrollo que pueden confiar en sus socios”, dijo Guterres.
