Lima, Perú. – (Agencias) Perú se prepara para la era Castillo. Este maestro de escuela, de 51 años, toma las rienda de un Perú dividido, con una estrategia de la extremaderechista Keiko Fujimori, a quien se le sigue un juicio por corrupción, de denunciar un supuesto fraude.
Junto a la vicepresidenta electa, Dina Boluarte, el pasado viernes recibió las credenciales oficiales que los acredita triunfadores después de siete semanas de las elecciones nacionales.
Tratando de calmar el temor de algunos sectores de que se produzca un giro al socialismo, quiso dejar clarsagasti que su modelo de país no contempla importar los extranjeros.
«Rechazo rotundamente de que vamos a traer algunos modelos de otros países. No somos chavistas, no somos comunistas, no somos extremistas, menos somos terroristas», dijo Castillo.
Hacía la Nueva Constitución
Pedro Castillo, finalmente este miércoles se enfundará la banda presidencial coincidiendo con el bicentenario de la República del Perú.
Entre sus tareas y compromisos, una que quizá tendrá que reevaluar: la de reemplazar la constitución de 1993, tras las críticas del presidente saliente Francisco Sagasti.
Quien este miércoles cederá el mando al profesor rural, dice de él que «le encantó su sentido del humor, su sencillez y tranquilidad» que dio pie al inicio de una relación cordial, pero rechaza su propuesta de una Nueva Constitución.
«En este momento yo no veo la necesidad de una nueva constitución y esta ha sido mi opinión a lo largo del tiempo. Es perfectamente posible interpretar lo que ya existe de una manera sensata para cubrir vacíos y espacios sin tener necesariamente que hablar de una nueva constitución», opina Sagasti.
Crisis sanitaria y económica
El principal frente abierto ahora en Perú es la pandemia a la que Castillo quiere «declarar la guerra». Una vez vacunada la población, sus esfuerzos se centrarán en reactivar una economía en caída libre.
Pero Pedro Castillo también tiene por delante el reto de la gobernabilidad, ya que, sin mayoría en el Congreso, necesitará consensuar todas sus decisiones y hacer frente a los posibles apoyos aglutinados por su rival Fujimori para sacarlo del poder.
