*En la Casa del Migrante de Saltillo.
En contra de todo y a favor de nada, como un capricho se comporta el sacerdote Pedro Pantoja Arreola, asesor de la Casa del Migrante de Saltillo.
Y es que, mientras que la pandemia descendía con números positivos gracias a la colaboración la ciudadanía y la coordinación del sector salud en torno al coronavirus, la Casa del Migrante permaneció cerrada.
Contradictoriamente, ahora que se encuentra de nueva cuenta el sector salud preocupado por el ascenso en los contagios de COVID-19, este lugar abre sus puertas a personas del extranjero que están de manera ilegal en México y que van de paso por el territorio nacional tratando de llegar a Estados Unidos.
Siete meses permaneció cerrada y este lunes 27 de octubre abrió sus puertas.
Fue el pasado 21 de marzo cuando la Casa del Migrante decidió cerrar operaciones aunque siempre dio atenciones a los asistentes, de alguna u otra manera.
Alberto Xicoténcatl, director de esta institución perteneciente a la Diócesis de Saltillo, explicó que se ha brindado alimentación, medicamento, ropa, información, servicio sanitario y regaderas, desde el exterior de la casa.