Washington, D.C. – (Agencias) A pesar de la turba incitada por Trump que obligó a suspender la sesión en la tarde del miércoles, el Congreso de Estados Unidos reanudó los trabajos y confirmó el resultado de las elecciones presidenciales del pasado mes de noviembre, nombrando oficialmente a Joseph R. Biden presidente electo.
El ataque de los seguidores de Trump, incitados por él, fue un duro golpe a la democracia de los Estados Unidos. Las escenas que siguieron al ataque impactaron al mundo entero.
Trump cambió el tono de su discurso, aunque continúa afirmando que hubo fraude, algo que ha hecho a lo largo de los días posteriores a la elección y que desembocó en un intento de golpe de estado por una turba de seguidores enloquecidos, provocados por el propio presidente.
En la madrugada del jueves, poco después de que Mike Pence declarara válidas las elecciones y ganador a Biden, Trump publicó en un Twitter: “aunque estoy en desacuerdo con el resultado, y los hechos me sostienen, sin embargo, habrá una transición ordenada el 20 de enero”.
Trump tuvo que publicarlo a través de la cuenta de otra persona ya que Twitter dio de baja su cuenta.
De acuerdo con el New York Times, no hay paralelo en la historia moderna de los Estados Unidos con los hechos provocados por los seguidores de Trump.
En su nombre, destrozaron la oficina de Nancy Pelosi, rompieron ventanas, saquearon obras de arte y tomaron brevemente el control de la Cámara de Senadores.
Se turnaron, en el lugar que ocupó minutos antes el vicepresidente de Estados Unidos Mike Pence, para sacarse la fotografía del momento que, seguro, quedara en algún lugar empolvándose.
Biden habló de como las escenas del ataque horrorizaron a los legisladores de los dos partidos y acusó directamente a Trump de fomentar el asalto.
“En su mejor momento, las palabras de un presidente pueden inspirar. En el peor de los casos, pueden incitar”, dijo el presidente electo.
Los líderes de los países aliados, acostumbrados a los arranques de Trump, pocos hallaron las palabras adecuadas para describir los hechos.
Angela Merkel, canciller de Alemania, dijo que: “las fotografías me enojaron y entristecieron”.
Para Rusia y China, en cambio, la violencia encaja perfectamente en la narrativa de una democracia estadounidense desmoronada.
Aunque no ha habido declaración oficial de los hechos en el Kremlin, la televisión oficial pasó una amplia cobertura de los acontecimientos, con la imágenes ambientadas con música dramática y orquestal.
La agitación se desarrolló el día de la victoria de los demócratas en las elecciones de desempate de los dos escaños al Senado del estado de Georgia, lo que les dio el control de la Cámara de Senadores, y, por ende, del poder legislativo de Estados Unidos.
El ataque al Capitolio fue el clímax de una semana de campaña del presidente, de reclamos infundados de fraude y mentiras, para tratar de anular las elecciones que democráticamente perdió.
Por la noche, cuando el Senado se reunió, horas después de haber sido evacuados de un Capitolio tomado por una turba llena de parafernalia de Trump, uno de los momentos más polarizados de la historia del país, dio lugar a una inesperada solidaridad entre la mayoría de legisladores de ambos partidos..
Republicanos y demócratas bajaron sus armas para denunciar la violencia y expresar su determinación de llevar a cabo la sacrosanta función constitucional de calificar la elección presidencial.
Mike Pence declaró: “A aquellos que causaron estragos en nuestro Capitolio hoy, usted no ganó”, en un claro rompimiento con Trump, quien abiertamente condonó las acciones “mafiosas” conta el Congreso en un tuit el miércoles en la noche, razón por la cual la empresa canceló su cuenta de Twitter.
“La violencia nunca gana. La libertad gana. Y está sigue siendo la casa del pueblo”, dijo Pence.
Por su parte, el líder de la mayoría en el Senado, el republicano Mitch McDonnell dijo que “la insurrección fallida” solo aclaró el propósito del Congreso.
“Trataron de perturbar nuestra democracia”, dijo. “Ellos fallaron”.
Después de la certificación, el capellán del Congreso, Barry C. Black, dio un pequeño mensaje en la Cámara sobre el caótico día donde una mujer murió de un balazo dentro del Capitolio.
«Estas tragedias nos han recordado que las palabras importan y que el poder de la vida y la muerte está en la lengua», dijo.
«Deploramos la profanación del edificio del Capitolio de los Estados Unidos, el derramamiento de sangre inocente, la pérdida de vidas y el atolladero de la disfunción que amenazan nuestra democracia».