La Universidad Autónoma de Coahuila rindió un homenaje póstumo a Don Enrique Martínez Hernández, quien se desempeñó como guardia de seguridad en la institución durante 10 años, por lo que se colocó una placa que lleva su nombre en la caseta de vigilancia de Rectoría.
Martínez Hernández es recordado por la comunidad universitaria por su amabilidad y alegría, es por ello que la placa en su honor dice “Querido, respetado, apreciado y por siempre extrañado, gracias por su sonrisa y don de gente, por su empatía y alegría contagiosa, por su profesionalismo, integridad y amor por la institución”.
En la ceremonia se contó con la presencia del rector Salvador Hernández Vélez, funcionarios de la administración central, miembros del Departamento de Resguardo Institucional, titulares de dependencias, colaboradores administrativos y manuales, así como la esposa de Don Enrique Martínez, Magda Cervantes, amiga y compañera universitaria, y su hija Zaida.
“Enrique Martínez Hernández era una persona que irradiaba amabilidad, con don de gente y respeto por los demás, con una gran sonrisa, la cual al verla siempre lo hizo pensar que ese era el espíritu de la Universidad, pues recibir con amabilidad y una sonrisa a la gente es la impresión que las personas se llevan y celebró que la iniciativa del homenaje nació de sus compañeros, pues siempre fue un gran ser humano”, expresó el rector.
Magda Cervantes, agradeció por el homenaje y todas las muestras de cariño de los universitarios y dijo que la sonrisa y amabilidad de Enrique Martínez es algo que siempre llevará en su corazón.
En la ceremonia los colaboradores del Departamento de Resguardo Institucional realizaron una guardia de honor, y se brindó un minuto de aplausos para Don Enrique Martínez.
Además, Salvador Hernández Vélez le entregó a Magda Cervantes el libro conmemorativo del 60 aniversario de la UAdeC.
