Los pacientes, en su mayoría personas de edad adulta, se encontraban tendidos en camillas en los pasillos y estaban recibiendo oxígeno sentados en las sillas de ruedas en pleno repunte de los casos Covid-19 en la capital de China.
El día de ayer Chuiyangliu de Pekín se encontraba atestado de pacientes recién llegados. A media mañana ya no se encontraban más camas vacías, aunque las ambulancias seguían llevando enfermos al centro.
Todo el personal de enfermería y los doctores se apuraban para recabar información y clasificar los casos más urgentes.
El aumento de los casos que se encuentran graves, los cuales necesitan atención hospitalaria se ha producido después de que el Gobierno chino retiró el mes pasado la mayoría de sus estrictas restricciones para contrarrestar la pandemia tras cerca de tres años de cuarentenas, prohibiciones de viaje y cierres de escuela, que han tenido un elevado impacto económico y han provocado protestas callejeras inéditas desde los finales de la década de 1980.
Por su parte, el director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha indicado que el día miércoles su preocupación por la falta de datos por parte del Gobierno chino acerca del mortal brote.
