El día de hoy, en partido correspondiente a la Copa del Rey, en el Benito Villamarín se disputaba uno de los encuentros más atractivos que el fútbol español puede preparar, el “Gran Derbi”, que enfrenta al Betis y al Sevilla, y que siempre es sinónimo de pasión y emociones.
El duelo copero no sería la excepción, con un partido que traería gran atractivo también en nuestros lares, puesto que en ambos conjuntos hispalenses la representación mexicana podría aparecer, ya que en el Betis, Lainez y Guardado arrancaron el juego desde la banca, mientras que en el cuadro de nervión, la reciente incorporación, el “Tecatito” Corona, esperaba su momento desde el banquillo dirigido por Julen Lopetegui.
El encuentro arrancó con un dominio verdiblanco, gozando de las mejores ocasiones pero topándose con la zaga del Sevilla, y con un fuera de juego claro que anuló un gol del “Panda” Iglesias.
Cuando las cosas pintaban mejor para los del ingeniero Pellegrini, al 35, tras una buena recuperación de los visitantes, quienes, a cargo de Óliver Torres, llegaron a línea de fondo, enviando un centro raso y retrasado que se encontró con la pierna y la calidad del “Papu” Gómez, que prendió el esférico, lo mandó al fondo de la red y puso a bailar a su afición.
Tan sólo unos minutos después vendría la respuesta de los béticos, quienes se encomendaron a, su recientemente renovada estrella, Nabil Fekir, quien se dispuso a poner en juego un saque de esquina, pero, sorprendiendo a propios y extraños, dio muestra de su clase y nivel, realizando un cobro directo que techó al guardameta Pastor, que nada pudo hacer ante la genialidad del jugador francés que empataba los cartones.
Cuando todo resultaba predecir que disfrutaríamos de un gran encuentro, vino la hecatombe deportiva, ya que un acto de violencia, perpetrado desde el fondo de la portería visitante, donde se ubicaba un sector de la porra bética, orilló a detener el partido. Y es que un objeto, presumiblemente una vara, salió volando desde dicha zona, golpeando directamente a Joan Jordán, mediocampista del Sevilla, quien inmediatamente cayó al césped, obligando a que el árbitro, Ricardo De Burgos Bengoetxea, tomara cartas en el asunto y tras un poco más de 10 minutos de deliberación decidió enviar a los equipos a los vestidores, los visitantes rápidamente acataron la orden, mientras que el conjunto verdiblanco decidió esperar en el campo, esperando que el juego se reanudara.
Ahora falta esperar la decisión definitiva, por lo pronto la violencia en el fútbol nos privó de ver un encuentro que lucía prometedor y que podía representar un encuentro entre futbolistas mexicanos.
