La metamorfosis, por Kafka 44
Gregorio ya no comía casi nada. Sólo si pasaba por casualidad al ladode la comida tomaba un bocado para jugar con él en la boca, lomantenía allí horas y horas y, la mayoría de las veces acababa porescupirlo. Al principio pensó que lo que le impedía comer era la tristezapor...