Debido a las miles de personas indocumentadas que están viajando hacia la frontera norte del estado de Coahuila, donde se colinda con Estados Unidos, decenas de coahuilenses están asustadas.
Muchos inmigrantes están regresándose y cuentan con presupuesto suficiente para rentar casas, y además, con la intención de buscar trabajo, piensan aceptarse en los municipios de la región Centro, Carbonífera y Norte de la entidad.
Darles “aventón” en autos particulares, prestarles el servicio de taxi, o permitir que los ciudadanos indocumentados utilicen transporte urbano, ha derivado en conflictos legales a decenas de ciudadanos a largo de la franja fronteriza, y el norte y centro del estado de Coahuila.
Los ciudadanos se preguntan si ellos van a vivir ahora aquí, a ocupar un área laboral y tener una vida normal en su comunidad, porque las autoridades no les permiten una convivencia legal y tranquila con ellos.
En la región Carbonífera unas personas, de manera altruista, llevaron a varios indocumentados en su vehículo y fueron detenidas por autoridades.
Permanecieron algunas horas privadas de su libertad hasta que se aclaró la situación.
Mencionan que la única intención era dejarles en claro que, quien ayude a algún indocumentado, tendrá problemas con la ley.
Lamentablemente esto ha provocado que algunas personas, inclusive en establecimientos como restaurantes, tiendas de conveniencia y otro tipo de negocios, cierren sus puertas a indocumentados de todas las edades.
La situación empeora ya que, luego de esta negativa a su ingreso y a brindarles el servicio, los inmigrantes agreden e insultan a los ciudadanos mexicanos, lo que genera conflictos.
