Washington, D.C. – (Agencias) Las mordaces palabras del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sobre Putin han caído en un territorio de por si tenso produciendo reacciones de preocupación, como la del presidente de Francia, Emmanuel Macron, que advirtió el peligro de intensificar la retórica, incluso la propia Casa Blanca trató de explicar los comentarios.
Antony Blinken, secretario de Estado, tuvo que salir a decir que “no existe una estrategia de cambio de régimen” de parte de Estados Unidos y que lo que quería decir Biden era que Putin “no puede estar facultado para emprender una guerra o participar en una agresión a Ucrania o contra cualquier otra persona”.
Por su parte, el presidente francés advirtió sobe una escalada “de palabras y acciones”, y agregó que “no usaría esas palabras” mientras está hablando con el presidente de Rusia, Vladímir Putin. Sin embargo, el viceministro de Ucrania elogió esas palabras y dijo que “era importante tener un sentido de liderazgo internacional y compresión de la tragedia que esta sucediendo”.
Trece palabras improvisadas después de un discurso de 27 minutos de Biden crearon la distracción menos deseada de sus comentarios, al pedir que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, fuera destituido de su cargo. “Por el amor de Dios, este hombre no puede permanecer en el poder”,
Fue una estrepitosa declaración que revertiría toda la política estadounidense hecha pública, antagonizando con las declaraciones de miembros de su administración, incluido el propio secretario de Estado, Antony Blinken, que ha insistido que el cambio de régimen no está en la mesa.
De acuerdo con The Washington Post, fue más allá que cualquier presidente de Estados Unidos durante la Guerra Fría e inmediatamente repercutió en todo el mundo, cuando los líderes europeos y de otros países, diplomáticos y expertos en política exterior intentaron determinar que dijo Biden, que significaba y, si lo dijo en serio, por qué dijo lo que dijo.
Según una persona familiarizada con el suceso, las líneas de Biden no estaban planeadas y fue una sorpresa para los funcionarios estadounidenses. Inmediatamente después de terminar el discurso del presidente estadounidense, los corresponsales se lanzaron a preguntar a los asistentes cercanos para aclarar si Biden apoyaba el cambio de régimen en Rusia, a lo que los asistentes objetaron y se negaron a contestar mientras se apresuraban a elaborar una respuesta.
Horas antes del discurso de Biden en Polonia, estallaron dos poderosas bombas en Lviv, una ciudad al oeste de Ucrania que en su mayoría se había librado de los bombardeos rusos. Rusia confirmó el ataque a lo que, dijo, eran instalaciones militares.
