Cauca, Colombia. – (Agencias) Para Mayra Fernanda Mejía, madre soltera, afrodescendiente y activista rural, los políticos de Colombia nunca se preocuparán por personas como ella, hasta ahora. Ha sido amenazada por grupos armados que azotan su comunidad, y cada temporada electoral ha visto pasar a candidatos de piel clara por la provincia de Cauca, devastada por la guerra y ofreciendo comida y promesas vacías que hablan desarrollado.
Pero este domingo emitirá su voto por la izquierdista Francia Márquez, quien espera convertirse en la primera mujer afrodescendiente en ser vicepresidenta de Colombia, en la formula con el principal candidato presidencial, el izquierdista Gustavo Petro. Para Mejía, la victoria de Márquez marcaría el comienzo de un nuevo capítulo un poco más equitativo en un país profundamente desigual.
“La candidatura de mujeres como Francia significa un antes y un después, porque es mujer, porque es negra y porque viene de la nada”, dijo Mejía, quien vestía una blusa y falda tradicional afrocolombiana. “Francia marca un antes y un después en la historia de Colombia”.
La población afrocolombiana representa casi el 10% de los 50 millones de población que tiene Colombia. Descendientes de esclavos que fueron secuestrados en África para trabajar en las plantaciones de azúcar, las minas de oro y las grandes haciendas de los terratenientes españoles. Solo Brasil tiene más poblaciones afrodescendientes en todo Sudamérica y, al igual que ahí, en Colombia están poco representados en la economía y la política.
Francia Márquez, de ganar, se unirá a la costarricense Epsy Campbell Barr, como las únicas mujeres afrodescendientes vicepresidentas en América Latina. Su camino desde ser trabajadora doméstica hasta ser candidata ha sido todo menos algo típico.
Quien es Francia Márquez
Francia Márquez, a los 13 años tuvo que convertirse en activista, cuando su aldea se vio amenazada por la construcción de una represa. Hoy tiene 40 años y ha trabajado como minera de oro artesanal y limpiadora, obtuvo su titulo de licenciada en derecho, fue desplazada a la fuerza por mafias locales y sobrevivió al menos a un intento de asesinato.
En 2014, los mineros ilegales de oro talaron bosques, desviaron un rio y arrojaron mercurio a los suministros de agua locales, Francia, madre soltera de dos hijos, encabezó una marcha de 80 mujeres desde las montañas de su ciudad natal hasta Bogotá, la capital, en una marcha de más de 560 kilómetros. Cuatro años después, Márquez recibió el prestigioso premio del medioambiente Goldman.
Para Beatriz Cocino, de 49 años, quien ha acompañado a Márquez en las campañas contra los mineros ilegales de oro, “lo que mejor la resume es su humildad”. “Afuera, en el campo, somos nosotros trabajando los campos para alimentar a las ciudades, pero estamos totalmente olvidados”.
Cocino viajó una hora desde su pueblo hasta Santander de Quilichao para escuchar a la candidata hablar en un reciente evento de campaña. “Estoy muy orgullosa de que Francia esté aquí, representándonos, porque estoy orgullosa de ser una mujer negra”, dijo Cocino. “Hoy es Francia, pero mañana puede ser cualquiera de nosotros”.
Márquez fue elegida como compañera de formula de Petro tras obtener más de 750,000 votos en las primarias de marzo, superando a varios viejos políticos de carrera. Los dos candidatos pertenecen a la coalición izquierdista Pacto Histórico, al que se han muchos políticos antisistema y recién llegado a la política. Colombia puede tener a su primer presidente de izquierda.
Petro, quien en su juventud fue miembro de la ahora desaparecida guerrilla M-19, se ha desempeñado como alcalde de Bogotá y quedó segundo en las últimas elecciones presidenciales de 2018. Su principal contrincante, Federico Gutiérrez, exalcalde de Medellín, la segunda ciudad más grande de Colombia. Si ninguno alcanza el 50% de los votos emitidos el domingo, la elección se ira a una segunda vuelta.
