París, Francia. – (Agencias) Una mujer francesa enfrenta un juicio por haber matado a su abusador. Violada a los 12 años por su padrastro, que más tarde se volvió su marido, golpeada y obligada a prostituirse, se ha convertido en el nuevo símbolo contra la violencia conyugal en Francia.
El pasado lunes, se abrió el juicio contra Valérie Bacot, de 40 años, en la corte de Saône-et-Loire, en el centro de Francia. Cerca de 600,000 personas han firmado una petición de libertad para esta mujer que escribió en un libro el infierno que vivió al lado de su verdugo.
La nueva “Jacqueline Sauvage”, en referencia a la mujer que en 2014 fue condenada por matar a su marido tras vivir décadas de violencia conyugal e indultada en 2016, recordó la violencia y el miedo que vivió día tras día, durante 25 años.
“Siempre encontraba algo”, describe ella. “Al principio eran bofetadas, luego se convirtieron en patadas, puñetazos y me estrangulaba. Al paso del tiempo me amenazaba con una arma”, la pistola con la que terminaría matándolo,
Hasta que, el 13 de marzo de 2016, de acuerdo con su declaración, mató a su verdugo, Daniel Polette, de 61 años.
Después, con la ayuda de sus dos hijos, enterró el cuerpo en un bosque, pero fue denunciada. La policía la detuvo en octubre de 2017. Ella confesó inmediatamente y describió su clavario de 25 años.
Valérie fue violada los 12 años por Polette, que en aquel momento era el amante de su mamá. Fue condenado y encarcelado. Pero salió libre y regresó a la casa.
“Todo volvió a empezar como antes”, cuenta Bacot en su libro publicado el mes pasado.
Quedó embarazada a los 17 años y su madre la corrió de la casa. Valérie, sin tener a donde ir, no tuvo más remedio que recurrir a “Dani”.
Daniel Polette, que era un alcohólico, se mostraba cada vez más violento. Una navidad, cuenta ella, la golpeó con un martillo porque una guirnalda que había comprado no funcionó.
Un día, escribió en su libro, a pesar de que estaba embarazada empezó a estrangularla hasta que se desmayó. A la violencia física “usual” se sumó la prostitución.
Daniel Polette la prostituía en el asiento trasero de su carro con los camioneros que iban de paso por el pueblo, Cuando estaba con un cliente, él le daba instrucciones, a través de un auricular, para satisfacerlo mejor.
“Quise huir mil veces”, asegura la acusada, “tenía mucho miedo”. Siempre tuvo miedo de escapar por la amenaza constante con el arma de su marido.
Pero cuando su hija Karline, de 14 años, le confesó que su padre le había preguntado “cómo era sexualmente”, estalló por dentro y decidió asesinarlo.
El 13 de marzo de 2016, él la citó para un trabajo sexual. Ella sacó la pistola que guardaba él en el carro, y le disparo en la nuca. No pudo alegar defensa propia porque Daniel Polette estaba conduciendo y ella le disparo por la espalda.
Sus abogados alega que su acto fue de defensa, “por la violencia extrema que sufrió durante 25 años y el miedo a que eso le pasara a su hija”.
El juicio se prevé dure hasta el viernes.
