Un poema a Don Quijote, de Rubén Darío
Rey de los hidalgos, señor de los tristes,que de fuerza alientas y de ensueños vistes,coronado de áureo yelmo...
Rey de los hidalgos, señor de los tristes,que de fuerza alientas y de ensueños vistes,coronado de áureo yelmo...
Es la noche desamparode las sierras hasta el mar.Pero yo, la que te mece,¡yo no tengo soledad! Es...
La Maestra era pura. «Los suaves hortelanos», decía,«de este predio, que es predio de Jesús,han de conservar puros...
Aparte de los espectadores que sin cesar se renovaban, había allí vigilantes permanentes, designados por el público (los...
Cuando volvemos las fugaces horasdel pasado a evocar,temblando brilla en sus pestañas negrasuna lágrima pronta a resbalar. Y,...
En los últimos decenios, el interés por los ayunadores ha disminuido muchísimo. Antes era un buen negocio organizar grandes...
Como guarda el avaro su tesoro,guardaba mi dolor;quería probar que hay algo eternoa la que eterno me juró...
Podrá nublarse el sol eternamente;Podrá secarse en un instante el mar;Podrá romperse el eje de la tierraComo un...
La enamorada, de Alejandra Pizarnick ante la lúgubre manía de viviresta recóndita humorada de vivirte arrastra Alejandra no...
Los perros románticos En aquel tiempo yo tenía veinte añosy estaba loco.Había perdido un paíspero había ganado un...
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