CulturaLado B

¿Cuánta tierra necesita un hombre?, por Tolstói 15

Empezaba a sentirse cansado; miró el sol y vio que era la hora de comer.
« Tengo que descansar un rato» , pensó. Pajom se detuvo y se sentó. Comió un
poco de pan y bebió agua pero no se tumbó. « Si me tumbo, me quedaré
dormido» , se dijo. Estuvo sentado un rato y luego reanudó la marcha. Al
principio caminaba a buen paso. La comida le había dado fuerzas. Pero hacía
muchísimo calor y tenía sueño. Sin embargo, siguió caminando, mientras
pensaba: « Aguanta unas horas y vivirás como un rey el resto de tu vida» .
Caminó también mucho en esa dirección y estaba ya a punto de girar a la
izquierda cuando vio que un poco más lejos había una hondonada húmeda; le dio
pena dejarla. « Ahí se dará bien el lino» , se dijo. Y siguió en línea recta.
Atravesó la hondonada, cavó un agujero y torció, creando de ese modo una
segunda esquina. Se volvió a mirar la colina: el calor lo había vuelto todo borroso;
algo parecía estremecerse en el aire y a través de la neblina, apenas se
vislumbraba a los hombres: debían de estar a quince verstas. « He cogido dos
partes muy largas —pensó Pajom—. Esta tiene que ser más corta» . Caminó un
poco en esa dirección, apretando el paso. Echó un vistazo al sol: estaba
empezando a declinar, y de la tercera parte solo había recorrido dos verstas.
Hasta el lugar de partida quedaban unas quince. « No —pensó—, aunque quede
una parcela irregular, debo seguir en línea recta, sin coger demasiado. De todas
formas, tengo tierra de sobra» . Cavó a toda prisa un agujero y se dirigió en línea
recta hacia la colina.