CulturaLado B

¿Cuánta tierra necesita un hombre?, por Tolstói 7

IV
Una vez allí, Pajom se inscribió en el Registro de una gran aldea. Ofreció de
beber a los ancianos y puso en orden todos los papeles. Como su familia se
componía de cinco personas, le entregaron cincuenta desiatinas de tierra en
campos diferentes, con los pastos aparte. Pajom se estableció y compró ganado.
Ahora tenía tres veces más tierra que antes, contando solo la que le habían
asignado. Y era una tierra estupenda para el cultivo del cereal. Su situación era
diez veces mejor. Había gran abundancia de pastos y de tierras de labor y podía
tener todo el ganado que quisiese.
Al principio, mientras se ocupaba de la construcción de la casa y de todos los
preparativos, estaba muy contento; pero una vez que se acostumbró, también esa
tierra le pareció poca. El primer año Pajom sembró trigo en la tierra asignada y
obtuvo una buena cosecha. Le hubiera gustado sembrar más, pero había poca
para distribuir y la que tenía y a no le servía, pues en esas regiones el trigo se
siembra en tierras incultas o cubiertas de hierba; siembran un año o dos y luego
dejan la tierra en barbecho hasta que vuelve a cubrirse de hierba. Eran muchos
los que querían esa tierra y no había suficiente para todos. Así pues, surgían
disputas. Los más ricos querían cultivarlas y los más pobres se las arrendaban a
los comerciantes a cambio del pago de la contribución. Pajom quería sembrar
más tierra. Al segundo año fue a ver a un mercader y arrendó tierras por un año.
En suma, pudo sembrar más y obtuvo una buena cosecha, pero aquellas tierras
estaban lejos de la aldea: había que cubrir quince verstas con los carros. Al cabo
de algún tiempo Pajom advirtió que algunos campesinos-comerciantes de los
alrededores vivían en granjas y se enriquecían. « No estaría mal si yo también
pudiera comprar tierras a perpetuidad y construirme una granja —se dijo—. Así
lo tendría todo a la puerta de casa» . A partir de ese momento Pajom no pensó en
otra cosa.