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Edenia García Rodríguez, madre del corazón

Se dice que ser madre no es sólo dar a luz, sino conducir por la vida…

Cuando el deseo de ser mamá se impone, surgen historias como la de Edenia García Rodríguez, que, si bien no pudo ser madre biológica, cumple y excede la expectativa y atributos que cualquier persona pudiera tener con relación a una: compromiso, generosidad, paciencia, responsabilidad, comprensión, y sobre todo mucho amor.

“Desde que recuerdo siempre tuve un gran deseo de casarme y de ser mamá, más nunca imaginé que ese deseo de ser madre se fuera a volver desesperadamente intenso y tan verdadero”, comenta.

Sin embargo, el destino le jugó una broma que, quizá de primera instancia, pudo parecerle cruel.

Tenía tres años de haberse casado con Delgar García cuando recibieron la noticia de su infertilidad.

“Pasaron cuatro años más en donde, aun sabiendo esto, intentamos de muchas maneras ser padres biológicos, lo cual nunca sucedió. Después de tanto intentarlo, y por qué no decirlo, de sufrir y llorar cada mes por este sueño no cumplido, un día nos hicimos mutuamente la pregunta: “¿Realmente quieres ser papá?, ¿Realmente quieres ser mamá?”, a lo que los dos respondimos con un sí contundente, lleno de amor y esperanza”, platica.

Una sonrisa se esboza en su rostro cuando recuerda que entonces sus embarazos se gestaron desde el corazón.

“No sé cómo explicarlo, ya que quedaría muy corto el intentar hacerlo, pero sentíamos y estábamos 100 por ciento seguros de que en algún lugar estaba nuestros hijos esperando también por nosotros, y es así como comenzamos la intensa búsqueda de nuestros “embarazos”, que se gestaron desde el corazón.

“Nuestro primer hijo tenía tres años y medio cuando nos encontramos. Tenía una hermosa sonrisa que literalmente me hizo comenzar a ver la vida de blanco y negro a color (frase que siempre le digo)”, platica Edenia García con alegría.

“Dos años después nuestra hija recién nacida llegó a nuestras vidas. Ella, nuestra princesa, llegó con una sorpresa inesperada, nació con un síndrome muy poco conocido que se llama Moebius, el cual tiene dentro de muchas condiciones, entre motrices y visuales, la particularidad de no poder realizar ninguna expresión facial, sin embargo, yo como su mamá la conozco tan bien, que sé perfectamente su estado de ánimo con solo verla”, platica.

La también empresaria confiesa que para ella no fue nada sencillo lograr ser mamá.

“Pero gracias a que no fue sencillo he podido vivir una maternidad llena de un inconmensurable e incondicional amor que se gestó en mi aún si conocerlos, una maternidad llena de retos cada día, cada año que van creciendo, cada etapa, cada logro, cada fracaso, cada capacidad y cada discapacidad, una maternidad llena de aprendizaje con equivocaciones, ya sea de ellos o mías. 

Amante de la fotografía, García Rodríguez no dejó de lado su rol profesional.

“Soy una mamá que trabaja todos los días, soy emprendedora y consejera matrimonial, mis hijos han crecido junto conmigo, viéndome así, luchando todos los días por nuestra familia, por ellos, por servir y ayudar a otros con nuestros dones y talentos, esperando que ellos en un futuro se sientan orgullosos de ellos mismos y de sus papás”, comenta.

Han transcurrido casi dos décadas desde que se convirtió en mamá adoptiva por primera ocasión, y agradece a la vida por las madres biológicas de sus hijos. Así lo explica:

“Ahora que mi hijo tiene 18 años y mi hija tiene 13 años no me queda nada más que ser agradecida con Dios, con la vida, pero sobre todo con las mamás biológicas de mis hijos porque sin ellas yo no hubiera podido vivir esta gran experiencia, bendición y deseo de ser madre”, concluyó.