Los libros de Zweig se están quedando en el olvido, pero son recomendables, porque era de esos novelistas que escribía para dejar una huella. Sus libros son historias que te mantienen atento debido a la claridad de su narrativa. Algo brillante que revela el escritor es la pasión que tenía por frecuentar las mejores librerías de Europa, pero sobre todo su afición por coleccionar las mejores obras y en particular una copia firmada por la pluma de Goethe.
Leer a Zweig de Marchamalo es adentrarte en el imaginario biográfico desventurado de uno de los grandes escritores, conocer sus amoríos, su personalidad intelectual, su pasión por viajar en los trenes y barcos.
Era un nómada errante, en la lectura violeta, descubrirás sus miedos y el sentimiento de persecución del que fue objeto, todas esas filiaciones se pueden leer en una cafetería y disfrutarse con un café.
De verdad que es un libro sencillo de leer y releer, el único consejo es leerlo sin interrupciones y si es acompañado de la música de Joseph Haydn es mucho mejor.
“Mientras tanto, su casa en Viena se llenaba de ceniceros, tazas de café y libros, cientos, miles de ellos, en diversos idiomas, que forraban las paredes, decorosos como un tapiz antiguo.”
El gran mensaje de Stefan Zweig es que en el conocimiento de los libros no debieran existir las guerras, se puede suponer que era una persona que promovía la paz. Fue lector de los clásicos y en especial de Shakespeare, comentaba que el valor de la observación de una cosa reside en su comprensión, es decir, lo que verdaderamente importaba es el arte de realizarte preguntas sobre ese objeto que capta la atención.
“Los campos de la vieja Europa quedarían convertidos en paisajes lunares abrasados por la artillería. Una generación entera devastada por la artillería. Una generación entera devastada; jóvenes que morían respirando gases en las trincheras, mutilados por el acero incandescente de los obuses o desangrados por ametralladoras que los segaban en la tierra de nadie, entre alambradas y óxido, partiéndolos en dos como espigas de trigo.”
Stefan Zweig, la tinta violeta, de Jesús Marchamalo. Es un libro que pertenece a Nórdica Libros, es una primera edición impresa en Madrid el día 23 de febrero de 2019, aniversario del suicidio en Brasil de Stefan Zweig y Lotte Altmann. Consta de 47 páginas, fue un libro que conseguí en una librería de Monterrey, en el vecino Estado de Nuevo León, México.
